Con René de Coupaud no sólo se ha ido un músico completo y experto, un gestor "extraordinario" y un organizador nato, "garantía de que con él todo salía bien". Además, se ha ido "una persona excelente, aunque suene a tópico. René lo era de verdad".

Así se expresaba ayer aún incrédulo por la pérdida su amigo y estrecho colaborador desde los 90 Miguel Fernández, miembro de la Asociación de Electroacústica de Asturias. "Nos conocemos desde mucho antes, pero empezamos a trabajar codo con codo a partir del año 1991. Podría contar miles de anécdotas suyas, pero me quedo con lo fundamental, que René era un profesional impresionante, una persona a la que jamás vi enfadada y que tenía tiempo para escuchar a todo el mundo", explicaba emocionado en el tanatorio de Cabueñes, por donde a lo largo de toda la jornada desfilaron cientos de amigos, la mayor parte de ellos pertenecientes al mundo de la música a la que consagró buena parte de su existencia.

Un infarto fulminante acabó con su vida

Un infarto fulminante acabó con su vida, justo ahora que se había jubilado y que empezaba a disfrutar de su casa recién comprada en Quintes, en Villaviciosa. Un retiro activo desde el que seguía trabajando infatigable. De hecho "teníamos obra juntos para estrenar dentro de un mes", señalaba Miguel Fernández rodeado de músicos amigos.

Como Honorino García y Jorge Carrillo, colaboradores de De Cupaud en numerosos proyectos de éxito como la adaptación de la ópera Hamlet en la que también dejó constancia de su buen hacer como cantante. "Con él todo salía adelante, podía tocar cualquier instrumento, podía sacarlo todo adelante", resumen los dos músicos.

Un gran gestor

En su faceta como gestor y responsable de actividades como el Taller de Músicos, los Talleres de Improvisación Musical o el ciclo Jazz en el Centro -espacios todos ellos "de enorme libertad creativa"- René de Coupaud ha dejado "una huella imborrable", como señala la concejala de Educación y Cultura, Montserrat López. "Más allá de la Fundación Municipal de Cultura, toda la ciudad de Gijón está en deuda con su persona, con su enorme capacidad de trabajo y por su entrega a la cultura musical de Gijón y de toda Asturias", resume la edil, antes de anunciar que "el Ayuntamiento le rendirá el justo homenaje y buscará la forma de perpetuar su nombre y su labor".

De ello también se encargará el músico Eduardo Salueña, discípulo y nuevo responsable del Taller de Músicos, que ayer quiso resaltar "la enorme talla humana de René y lo mucho que hemos aprendido todos de él". Porque "René era un amigo, no un compañero", aseguraba por su parte Marián Osácar, jefa del departamento de Promoción de las Artes del Ayuntamiento de Gijón, visiblemente afectada por la pérdida. Para Osácar, "René tenía una inmensa calidad como músico, pero más aún si cabe como persona" por lo que su figura "deja una huella muy grande". Osácar recuerda del fallecido "su sonrisa amable, con la que comunicaba todo su saber". Por todo ello, enfatizó, "va a seguir siempre con nosotros". A lo largo del día de ayer pasaron por el tanatorio artistas como Pipo Prendes, Jorge Martínez de Ilegales, exintegrantes del grupo "Los Linces", profesores del Conservatorio de Gijón y numerosos miembros de la Fundación Municipal de Cultura. "René lo merece", sentencian todos.