"La estiba es una profesión mayoritariamente masculina, por eso tiene más mérito aún, si cabe, que haya una mujer entre los inscritos". Las palabras de Santiago Rodríguez, presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, sirvieron como acicate a Rosana Hernández, la única mujer inscrita en el curso de "Operaciones portuarias de carga, estiba, descarga, desestiba y transbordo" que acredita oficialmente para poder ejercer en el sector. Un área, el de la estiba, que está cambiando enormemente, como recordaron las autoridades en la inauguración del curso, pero en el que aún son muy pocas las mujeres que trabajan en él.

"Me siento como una más", confirma Rosana Hernández. Salmantina de nacimiento, aunque residente en Gijón, Hernández cuenta ya con experiencia profesional a sus espaldas. "Siempre trabajé con maquinaria y en cuanto vi esta posibilidad, me llamó mucho la atención", remarca.

Así, se inscribió en el curso, consiguiendo una de las 16 plazas existentes -para las que se presentaron alrededor de 170 solicitudes-, la única que lleva nombre de mujer. "Ya estoy acostumbrada", afirma sonriente, "pero en mi trayectoria profesional ya he tenido multitud de compañeras", reivindica para dejar patente que el manejo de maquinaria pesada no es solo un mundo de hombres.

Lo que movió a Hernández a inscribirse en el curso fue "el deseo de reciclarme" virando hacia un mundo con gran futuro profesional, marcado por la gran cantidad de jubilaciones que se darán en los próximos años. "Mi objetivo es conseguir el certificado, que ahora es necesario para poder ejercer y conseguir una mayor profesionalización", arguye Hernández que, en el horizonte, tiene un gran deseo: "poder trabajar, una vez acabe la formación". Y un último anhelo, que la presencia de la mujer en este tipo de trabajos deje de ser una excepción reseñable para convertirse en algo cada vez más habitual.