Sólo disponían de 300 palitos de madera de los que usan los médicos para mirar la garganta y unas cuantas barras de silicona caliente. Con todo ello, diez grupos de alumnos de la Escuela Politécnica de Ingeniería se enfrentaron a lo largo de la mañana al reto de construir una grúa con la suficiente resistencia como para cargar con un cubo de arena.
Gana el ingenio que más peso aguante, y el jurado también califica el diseño y la estética de cada una de las creaciones. "Sorprendentes", como señalaban Pablo Santiago Sánchez y Borja Suárez, de grúas Roxu, patrocinadores de un evento que ha despertado el interés de numerosos asturianos, en mitad de las pruebas de carga de los ingenios.