"Estamos muy tranquilos, no va a haber ningún problema". A la salida del juzgado, los cuatro jefes de una empresa acusados de un delito contra la vida y la salud de los trabajadores por un accidente laboral en que una bobina de 1,5 toneladas aplastó a uno de los empleados de la empresa, causándole múltiples fracturas, se mostraron "contentos" por el devenir de la vista ante el juez.

"No hay nada susceptible de haberse hecho mal, somos una empresa seria", aseguró uno de los encausados, para cada uno de los cuales la Fiscalía solicitaba una pena de dos años de prisión. "Es el día a día de su trabajo. Nosotros hacemos todo en materia de riesgos laborales", explicó uno de los acusados, que aseguró que la víctima "está en activo". De hecho, el afectado renunció a toda reclamación por estos hechos.

La defensa, que corre a cargo del letrado Miguel Noriega, aseveró que "desde el primer día la empresa se hizo cargo de toda responsabilidad, por eso no hay acusación particular". Aún así, el Ministerio Fiscal mantuvo su petición de dos años de prisión para cada uno de los cuatro acusados: director de la empresa, jefe de taller, jefe de producción y jefe de equipo. Del mismo modo deberán afrontar un pago conjunto de 6.074,67 euros por los gastos de asistencia médica prestada al trabajador y, de forma individual, una multa de 2.880 euros a cada uno.

Del mismo modo, la Fiscalía, subsidiariamente, planteó una segunda calificación, por los mismos delitos pero cometidos por imprudencia, para el caso de que el Juzgado considere que no existió dolo. Para este caso, el Ministerio Fiscal solicitó para cada acusado una pena de 4 meses de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y el pago de una multa de 4 meses a razón de 8 euros diarios (960 euros).

El relato del Ministerio Fiscal sostiene que el 19 de enero de 2016, el trabajador, de 42 años, tenía que llevar una bobina de chapa a la máquina denominada Natahoyo, para lo que se desplazó con la carretilla elevadora a la zona de almacenamiento, la situó frente a la carrilera de bobinas y, después de bajarse de la máquina, cortó con una tijera de acero los flejes. En ese momento, una bobina de unas dimensiones de 1.250 mm de diámetro y 192 mm de ancho, y de 35 mm de espesor y 1.472 kg de peso, cayó sobre él, atrapándolo y golpeándolo. En la caída, la bobina quedó parcialmente apoyada en las uñas de la carretilla elevadora, por lo que el jefe de taller elevó la bobina para liberarlo.

El trabajador sufrió lesiones, entre ellas, aplastamiento, fracturas costales anteriores y posteriores en hemotórax izquierdo de 5-11 arco costales, contusión pulmonar derecha, fractura de esternón y de escápula izquierda, fractura trabecular de húmero derecho, fractura de L4, fractura hundimiento de L2 y dolor inespecífico de rodilla. Tardó en curar 240 días, de los cuales 24 estuvo hospitalizado. Le quedaron secuelas.