Tras ocho años al frente del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Asturias, Matías Castaño cede el testigo al concluir su segundo mandato. Se va satisfecho por haber cumplido "con la responsabilidad que me eché al hombro", pero con la espinita de ver que la Policía Nacional sigue "abandonada, infrautilizada e infrarreconocida por los órganos políticos". El sindicato, el que representa a la mayoría de agentes, elegirá a su nuevo secretario general en Asturias en su XI Congreso, que se celebra hoy en Gijón.
- Tras ocho años como secretario general, ¿cuál es el balance de su labor?
-El balance es satisfactorio. Prometí hace ocho años que como mucho estaría dos mandatos y así ha sido, porque en este tipo de organización es saludable no estar mucho tiempo liberado y volver a la trinchera tras dejar lo mejor de uno mismo, así obligas al resto a que sepan que hay un tope a la hora de asumir responsabilidades.
- ¿Cómo define su gestión?
-Se han cumplido los objetivos a nivel estructural, de formación y de acción sindical. Hemos hecho una gestión austera, pero muy eficaz y eficiente. Me quedo con la tranquilidad de que hay un equipo detrás fabuloso y mucha gente podría pasar a sucederme. Lo importante es el equipo y no la persona.
- ¿Qué se encontró al llegar?
-Pensaba que la Policía Nacional se encontraba abandonada, infrautilizada e infrarreconocida por los órganos políticos que nos dirigen. Ocho años después me voy con la misma sensación. Más pésima si cabe. Sigo pensando que no valoran a la policía, ni a sus miembros, ni a sus capacidades. Este cuerpo está conformado por una gente magnífica, que está continuamente formándose, con ganas de servir al ciudadano. Se necesita invertir en este cuerpo.
- ¿Qué ha hecho desde el SUP al respecto?
-Hemos invertido muchísimo dinero en formar a los afiliados para que den un servicio adecuado a los ciudadanos, pero eso debería ser responsabilidad de la Administración. Siempre hemos denunciado que la tarea que antes llevaban tres policías, ahora la lleva uno. Eso se traduce en estrés, preocupación y quizás el abandono de otras áreas por falta de personal. Esa es una de las cuestiones por las que me marcho con pesar, pero hay que ser optimista.
- ¿Qué se necesita?
-Racionalizar la estructura, adecuar nuestro catálogo de puestos de trabajo a la realidad de la delincuencia. Tenemos una ley orgánica del año 1986, son muchos años y la realidad es otra bien distinta. Hay que analizar qué elementos tenemos que combatir, cuántos miembros se necesitas para ello. Una vez así, dotaremos del material necesario para que salga todo sobresaliente como hasta ahora. Hay que hacer los deberes.
- ¿Qué medios faltan?
-Humanos y materiales. Están acostumbrados a que nuestro rendimiento sea de matrícula de honor independientemente de los medios materiales que tengamos. En la policía trabajamos de forma austera desde que entré hace 25 años, se optimiza mucho. La inversión debe ser constante porque el material se usa de forma constante. No en vano, somos de las instituciones mejor valoradas por la sociedad porque se percibe el trabajo que hacemos.
- ¿La equiparación salarial?
-No recuerdo la cantidad de concentraciones que hemos hecho para mejorar derechos sociales, retributivos, laborales? Predicábamos en el desierto hasta hace un año o dos años, coincidiendo con lo ocurrido en Cataluña, que se escuchó esta reivindicación endémica. Parece ser que se podrá disponer de un dinero. Espero que el Gobierno sepa reconocer el esfuerzo, sacrificio y lealtad que ha tenido esta institución con la sociedad en general durante todos estos años para que se nos reconozca ahora mismo el lugar y el nivel que deberíamos tener.
- ¿Se han sentido respaldados siempre? Le hablo de Cataluña.
-No nos corresponde a nosotros entrar en disquisiciones políticas, pero hemos cumplido con lo que se nos ordenó, que no es poco. Cumplimos con sobresaliente y estamos preparados para volver a cumplir con lo que se nos ordene, que tampoco es poco.
- ¿Se mantienen al alza las agresiones a agentes de policía?
-No se puede generalizar, pero si hablamos de Gijón, las lesiones ocurren demasiado a menudo. Debe haber un control del ocio, y eso no corresponde a la policía y sí a los responsables de manejar el ocio y la política local. A veces te preguntas cómo es posible que la gente agreda con tanta continuidad y facilidad, pero si mezclamos que sale muy barato acometer y agredir a un policía, con los cócteles de alcohol, droga y horarios de cierre de locales por falta de control? Debemos reflexionar, pero eso no le corresponde a la policía, que solo damos nuestra opinión.
