Pasear este fin de semana por el recinto ferial Luis Adaro era volver la vista al pasado, a aquellos vehículos que se encuentran ya instalados para siempre en el imaginario popular de varias generaciones de españoles: Seat 600, Renault 8, Ford Fiesta Mk1 u otros modelos míticos como los Porsche 911 o el Ford Mustang. Casi dos centenares de vehículos reunidos en la primera edición del Classic Motor Gijón Festival, el único evento de estas características que se celebrará este año en Asturias. "Ha sido un fin de semana de disfrute, en el que aficionados, clubes y expositores se reúnen", valora Gregorio Espartosa, adjunto a la dirección de la organización. Una ocasión para "poder ver coches que habitualmente ya no se ven nunca o encontrar piezas y recambios que ya no se encuentran en toda España".
Algunas de las "joyas" de la exposición fueron, por ejemplo, un Alfa Romeo Montreal del que hay "menos de 8 en España y 300 en el mundo"; un Biscúter, "el coche más pequeño de la exposición"; uno de los 259 Seat 800 que hay en toda España; un coche de policía de los años cincuenta de Atlantic City; un Rosengert de casi 100 años y "un homenaje al mejor deportivo de todos los tiempos": el Porsche 911, con un repaso por los siete escalones de evolución del coche, del modelo más antiguo al más moderno, reunidos por la Escudería GES.
"Los automóviles clásicos no son coches viejos", aseguró Miguel Cuadrado, decano del colegio de periodistas del motor de Asturias. "Es historia, es patrimonio cultural, es una verdadera pena que vayan al desguace y se pierda", añadió. Por ello, Cuadrado denuncia las "trabas e impedimentos que surgen todos los días contra los coches clásicos", con un mayor control en las ITV, sobre todo en cuanto a la emisión de gases contaminantes, "llegará un momento en el que no se puedan sacar los coches". Más aún cuando "son coches que no tienen apenas uso y se les criminaliza", en palabras de Espartosa.
Fueron muchos los aficionados que visitaron la feria buscando vehículos para comprar o recambios para los que ya tienen, como Javier Baldomero, que asegura que "es completamente distinto conducir un coche clásico y uno actual, es mucho más divertido. Tienes que probarlo para saber qué se siente" o Sergio Liébana, que enfatiza que "casi ni nos gustan los coches modernos, solo los antiguos. Son historia, tienen el espíritu de una época que no viví".