La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, asumió el pasado jueves el error de no haber prohibido el baño la playa de San Lorenzo en un momento en el que la calidad de las aguas no era apta para el mismo, si bien matizó que "ni la playa de San Lorenzo es una cloaca, ni estamos ante un desastre ecológico".

El vertido fecal del pasado 26 de mayo se produjo como consecuencia de las intensas lluvias de aquella madrugada, que obligaron a la Empresa Municipal de Aguas (EMA) a abrir los aliviaderos que vierten al río Piles, cerca de la playa, para que no colapsara la red de saneamiento y se produjeran inundaciones en algunas zonas de la ciudad.

Dado que los colectores de la red de saneamiento de Gijón recogen tanto las aguas residuales como las aguas de lluvia, el resultado de abrir los aliviaderos fue el arrastre hasta la bahía de San Lorenzo de esa mezcla de aguas de lluvia y fecales.

La apertura de los aliviaderos y el consiguiente vertido a la costa de agua de alcantarillado mezclada con la de lluvia es habitual cada vez que se produce un episodio de intensas lluvias.

Los grupos ecologistas abogaron ayer por tomar medidas para evitar esas situaciones, tanto por los problemas que la concentración bacteriana puede acarrear para la salud de las personas como por la contaminación medioambiental que supone echar al mar agua sin depurar en la costa gijonesa.

"El problema global de Gijón es que tenemos sin saneamiento toda la zona Este" por los conflictos judiciales en torno a la construcción de la depuradora del este, a lo que se añaden "los retrasos en la construcción de los pozos de tormenta, que llevan a que cada vez que hay lluvias fuertes se usen los aliviaderos para sacar todo el agua mezclada", señaló Paco Ramos, de Ecologistas en Acción, para quien "que se reconozca el problema es un primer paso". Ramos reprocha que cada vez que se produce un episodio de este tipo "se acuse de alarmistas a quienes lo critican, cuando lo que pasa es que no se toman medidas, cuando todo el mundo está viendo lo que va a pasar".

El portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo critica la tardanza en la toma de muestras por parte del Ayuntamiento, que se escudó en que en una situación como aquella eso competía a los bomberos, aunque las tomas habituales las haga el equipo de salvamento de playas, y los bomberos tenían otras prioridades el día en el que las intensas lluvias obligaron a abrir los aliviaderos. Pontigo, quien considera que "todo son disculpas; no se puede decir que no se tomaron muestras porque no había bomberos, cuando en el resto de Asturias las muestras no las recogen los bomberos, sino los equipos de salvamento de playas".

El problema de base para Pontigo es que la red de saneamiento de Gijón sea única para aguas residuales y de lluvia, cuando debiera de haber una red separada para cada una, algo que pide que se tenga en cuenta a la hora de construir nuevos tramos de la red.