Un relato de los demócratas y desde la democracia es premisa fundamental para que se pueda hablar, en efecto, de la derrota de ETA. Es una de las opiniones que defendió ayer Manuel Montero (1951), catedrático de Historia Contemporánea y exrector de la Universidad del País Vasco, tras recoger el premio internacional de ensayo "Jovellanos" por su libro "El sueño de la libertad". "No es posible el olvido frente a la historia de terror de ETA", aseguró después de resumir su escrito como una "reflexión ácida sobre el período del terrorismo".

Montero, quien recordó su ligazón familiar con Gijón (es sobrino de Severino Lagunilla, recordado pediatra), ha sufrido los odios de los jaleadores y compinches de los terroristas. Por eso ha querido escribir un libro en el que no se velan las heridas aún abiertas y que es también, según señaló, un catálogo de "derrotas" desde el análisis histórico y las referencias personales. Lo que ha ocurrido en el País Vasco en el último medio siglo -un "período siniestro", según el ensayista- no debería prolongarse en la "secuela" que, subrayó el profesor, aún puede verse a diario.

Con "El sueño de la libertad", su autor no ha querido hacer una historia del terrorismo, sino más bien hurgar en la entretelas del miedo y el odio que han polarizado la vida vasca en el último medio siglo. El apabullante éxito de una novela como "Patria", de Fernando Aramburu, es síntoma del deseo social de saber y de encarar la alargada sombra de una tragedia poblada de víctimas. Montero, que hizo un agudo elogio de la libertad, explicó que su libro examina los elementos que propiciaron el terror y una cierta opinión de que ETA "era invencible". "Se creyó que lo mejor era negociar; si lo hubiéramos hecho, hoy tendríamos una democracia condicionada", hizo resaltar. El catedrático bilbaíno insistió en la imposibilidad del olvido. Recordó que dentro de una semana se cumplirán treinta años del asesinato del concejal popular Manuel Zamarreño, víctima de una bomba cuando iba a comprar el pan. "Sostengo que la historia del terrorismo no se ha acabado aún"

El premio "Jovellanos" se entregó en la casa natal del ilustrado, en Cimavilla. Montero evocó el "compromiso" del gran polígrafo asturiano para alertar de un peligro: "Nuestro pasado intelectual está quedando en el olvido". Y de las consecuencias de que los españoles ignoren su pasado compartido. Subrayó, en este sentido, que celebraciones como las del Dos de Mayo o la de la Constitución de 1812 han pasado a ser mero patrimonio local: "Tenemos una historia en migajas".

Montero fue presentado por el presidente del jurado del premio "Jovellanos", José Luis García Delgado: "Fue un excelente rector". Citó al fallecido Jorge Semprún, convencido de que ETA era el "último vestigio del franquismo". Y calificó de "abyecta" la trayectoria de la organización terrorista, fundada en 1958. Tres años más tarde cometería su primer crimen. El libro de Montero provoca escozor en algunos sectores. Pelayo García, director general de Paraninfo (grupo al que pertenece Nobel, la editorial que concede el "Jovellanos"), relató que algunas librerías del País Vasco no quieren "exponerse" acogiendo en sus estanterías "El sueño de la libertad".