Los vecinos de Ceares están hartos de tanta "estrategia política" y piden a los grupos municipales "que se pongan de acuerdo" para retomar las obras en los barrios. "Lo tenemos todo patas arriba", clamaron ayer los integrantes de la asociación La Cruz de Ceares, tras reunirse con la alcaldesa Carmen Moriyón, el concejal de Mantenimiento y Obras Públicas Manuel Arrieta y la arquitecta municipal María López Castro. Los foristas trasladaron a los afectados que están "atados" si la oposición no aprueba en el próximo Pleno una modificación presupuestaria de 4,5 millones para actuaciones en los barrios. En el caso de Ceares, son la rehabilitación del viejo hogar de pensionistas y la construcción de aceras para la parada de autobús.

A juzgar por la opinión de los vecinos, el mensaje del equipo de gobierno de Carmen Moriyón caló ayer hasta el fondo. "Nos dijeron que no hay dinero porque otros grupos rechazan el presupuesto. Así que está todo como estaba", se queja el presidente vecinal de Ceares, Jacobo Freire. Es decir, en punto muerto. "Tenemos fe en que esto se arregle, pero siempre es lo mismo. Están peleados entre ellos y los perjudicados somos los vecinos", abunda Friere, que dice que la Alcaldesa insistió en que "no le gusta engañar a nadie y que lo que promete, lo cumple; pero está atada".

Esta visita se produce justo después de que el gobierno de Foro haya anunciado que llevará al Pleno una modificación presupuestaria de 4,5 millones para obras en colegios y equipamientos deportivos en barrios en un intento de bloquear la moción de censura que debaten IU, PSOE y Xixón Sí Puede. La rehabilitación del antiguo hogar de pensionistas de Ceares depende del apoyo a esa modificación, según señalaron ayer los vecinos. En una reunión anterior, concretamente de enero, el edil Manuel Arrieta había trasladado a la asociación la decisión del Ayuntamiento de Gijón de derribar el inmueble ante el riesgo de venirse a abajo.

El objetivo entonces era iniciar cuanto antes el proyecto de demolición para realizar la operación antes de que finalice el año, y en paralelo, rehabilitar el edificio, "que cumplirá las necesidades que pidan los vecinos", según prometió el edil de Mantenimiento y Obras Públicas. Sin embargo, ahora los plazos son distintos y la situación de parálisis indigna a los vecinos.