El Puerto Deportivo de Gijón se ha convertido en un basurero, con botellas, bolsas, papeles y ramas de árboles flotado entre los pantalanes. La directora de las instalaciones, Flor Guardado, reconoce que la imagen "no es nada agradable", pero insiste en que "toda esa porquería" no la generan los barcos. "Nosotros limpiamos lo que nos corresponde, como manchas de hidrocarburos; para el resto no tenemos recursos", subraya Guardado, que pidió, sin éxito, hace más de un mes apoyo al Ayuntamiento y a El Musel. Pese a todo, el puerto recibirá la semana que viene la bandera azul.
La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) le concedió este año el distintivo de calidad, que le fue retirado en 2017 por carencias en seguridad y servicios. "No tiene nada que ver la porquería con la bandera; ya está concedida", explica Flor Guardado, que espera izar la enseña en menos de quince días. La directora del Puerto Deportivo sostiene que "el año pasado pasó lo mismo", en referencia a la aparición de suciedad en el agua, y el gobierno municipal "quedó en hacer una serie de actuaciones".
Pero la historia se repite este verano. "O limpian desde arriba o la marea se llevará la basura", lamenta Guardado, que lleva "más de un mes" esperando la respuesta del Ayuntamiento y de la Autoridad Portuaria al escrito que mandó. "No es una buena imagen para la ciudad y con tanta porquería tememos que la navegación se dañe", se queja. No obstante, Flor Guardado espera que esa mala imagen, con bolsas, tapones, botellas, latas o corchos en el mar, sirva para concienciar a los ciudadanos: "Que piensen quién tiró toda esa basura". El Puerto Deportivo lleva meses denunciando los "botellones" que se hacen los fines de semana en los alrededores de la cuesta del Cholo.
