Es posiblemente el equipo más laureado de Asturias (dos Ligas, tres Copas de la Reina y cinco de Europa), pero no blasona de sus incuestionables éxitos en el hockey femenino nacional y continental. Y si de algo de están orgullosos, desde la modestia de origen en el deporte base del barrio de La Calzada, es de ser una referencia por los valores que vienen defendiendo con tesón desde su nacimiento a partir del Club Patín Algodonera. El teatro Jovellanos aplaudió ayer con una entusiasta unanimidad la concesión de la medalla de oro de la ciudad al Club Patín Solimar (Hostelcur). Una propuesta que hizo el Grupo Municipal Socialista y tuvo el respaldo unánime de los otros cinco grupos de la Corporación.

Hubo un recuerdo especial para Rufino Ballesteros, inspirador de tantas cosas importantes para Gijón, y de Fernando Sierra. El galardón se concede a un club que, pese a sus notables y evidentes triunfos, ha seguido siendo fiel a sus raíces. Y también un firme baluarte en la lucha por la igualdad de género. Y siempre desde la premisa de la modestia y la fidelidad al barrio, del compromiso con el deporte pegado a la calle. "Es un enorme honor recibir este premio viendo los méritos notables de quienes nos precedieron", aseguró José Ramón Naves, presidente del Club Patín Solimar (Hostelcur), a quien entregó la medalla de honor y el diploma acreditativo el portavoz socialista, José María Pérez.

El presidente hizo un repaso de los valores del club gijonés, desde aquel origen modesto. Y cantó la virtudes del deporte como motor de "solidaridad, compromiso y entrega". Dijo, con razón, que el equipo es el resultado de un proyecto deportivo apasionante en el que conviven niños y niñas "en un plano de igualdad". Tuvo un agradecido y emocionado recuerdo para quienes contribuyeron a cimentar de una de las aventuras más apasionantes del deporte asturiano, caso de Fernando Sierra. "Sigan apostando por el deporte; es una buena inversión", pidió.