"No me lo creo y no soy, de ninguna manera, consciente de que pueda ser merecedor de tal distinción. Soy muy consciente de que lo que yo pueda ser se debe a la Cámara de Comercio de Gijón, que de alguna manera pone en valor lo que hago, con la ayuda de un trabajo de muchos años y con muchos compañeros".

Álvaro Muñiz resumen así lo que opina del premio "Gijonés del año", que la revista "Vivir Gijón" le entregará hoy, en el restaurante Bellavista, a las ocho y media de la tarde. El jurado valoró la "larga trayectoria de trabajo discreto pero incansable de Álvaro Muñiz durante algo más de cuatro décadas en la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Gijón y en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), de la que es director. "Quizá que esté cerca del fin de mi etapa laboral ayuda, como es indudable, pero todo lo que tenga referencia al ADN de Gijón me llena de orgullo, no puede ser de otra manera, de Gijón y de Asturias", subrayó ayer Álvaro Muñiz, que a finales de este año se jubilará tras cumplir 65 años.

"Lo único que hice en mi vida fue trabajar para la Cámara de Comercio -destaca el galardonado-. Estaba estudiando todavía y un día entré a trabajar en broma por quince días antes de una Feria de Muestras; me pidieron que me quedase quince días más y cuando estaba en tercer curso de Empresariales me ofrecieron un contrato de diez horas semanales, que acepté, aunque mi padre me puso como condición indispensale que siguiese estudiando, y aquí estoy".

Álvaro Muñiz también tuvo un recuerdo entrañable para Pedro García-Rendueles, anterior director de la FIDMA, que "apostó por mí, como Luis Adaro", que fue presidente de la Cámara de Comercio, y "las enseñanzas de Pedro García-Rendueles no eran ninguna broma, todo lo contrario". Ya jubilado, "cuando se retire la nieve", tiene previsto hacer el Camino de Santiago.