Carencias de personal, presiones, largas esperas, agotamiento... En estas condiciones de "precariedad" aseguran trabajar los médicos de Urgencias del hospital de Cabueñes. Después de años "soportando" esta situación en silencio, los facultativos han terminado por "explotar": alertan de una "merma de calidad" en su servicio, agravada en los meses de verano por el aluvión de turistas. "Estamos trabajando en ocasiones por encima de nuestras posibilidades, y más de una vez somos conscientes de que el error acecha", protestan. Los afectados, unos cuarenta, aseguran que no son "el número adecuado de profesionales para atender la demanda de la población": "Queremos trabajar con dignidad", claman.

Su denuncia, dicen, ya la han puesto en conocimiento de la dirección del hospital gijonés, aunque sin éxito. "Han dado la callada por respuesta", lamentan. Lo que les ha llevado a "informar a la población, pues deben saber que lo que hacemos es siempre por su bien y en estos momentos no podemos hacer más". En el servicio de Urgencias de Cabueñes trabajan una media de diez médicos por el día y de cinco por la noche. "Hay picos desde las diez de la noche a las cuatro de la madrugada que hay tantos pacientes como al mediodía. Y al tiempo que les atendemos, tenemos que supervisar a los médicos en formación -los MIR-", afirman. En consecuencia, las esperas por la noche pueden llegar "incluso a las cuatro horas", provocando la desesperación de los usuarios. "Hace quince días tuvimos que llamar al personal de seguridad... No tenemos por qué soportar esta presión", se quejan.

La urgencia, explican, "es muy variable: va desde la atención inmediata para determinadas patologías, sin tiempo a pararse a pensar, hasta la atención que requiere tiempo de pararse a hacer diagnósticos diferenciales". "Es un trabajo muy duro, porque la vida es lo más valioso que existe", reivindican, para añadir a continuación: "La urgencia para la mayoría de nosotros es nuestra vida, nuestra pasión. Queremos trabajar con dignidad y no con esta precariedad que venimos soportando desde hace un tiempo".

Los profesionales advierten que estas condiciones de trabajo llevan años repitiéndose en Cabueñes, aunque no ha sido hasta ahora cuando han decidido denunciarlas. Cuentan que se sienten "agotados, sin energía y trabajando a disgusto". "En el verano se agudiza la situación por los turistas, pero en verdad siempre estamos en la cuerda floja. Llegan las Navidades y pasa lo mismo... Venimos agotados a trabajar, nos damos malas contestaciones entre nosotros... Últimamente hay más incidencias que nunca", protestan.