Se hicieron con un botín de unos 130.000 euros y a su paso dejaron un importante reguero de daños. La Guardia Civil ha desarticulado una peligrosa banda criminal compuesta por ciudadanos kosovares que tenía su base operativa en Gijón y que estaba especializada en los robos con fuerza por el procedimiento del butrón, principalmente en estaciones de servicio de carburantes, entidades bancarias y empresas de alimentación, en las que reventaban las cajas fuertes.

El grupo operaba en Asturias, Galicia y León y sumaba siete robos con fuerza, otros 14 en grado de tentativa y el robo de tres vehículos en Castrillón, a los que falsificaron las placas de matrícula. La denominada "Operación Rokatansky" se ha saldado con la detención de dos personas, B.A. y B.B., ambos de nacionalidad kosovar y vecinos de Madrid, y la huida de otros dos integrantes de la banda tras una persecución en su fuga hacia la capital. Están identificados y se encuentran en búsqueda y captura.

Las investigaciones se iniciaron el pasado 16 de abril, tras un robo con fuerza cometido en una gasolinera en la Autovía del Cantábrico, entre las localidades de Avilés y Gijón. El modus operandi y la herramienta empleada por los ladrones hicieron sospechar a los agentes encargados de la investigación de que se trataba de delincuencia especializada, organizada e itinerante. Además, en ese mismo tiempo se fueron sucediendo nuevos robos que se correspondían a la forma de actuar del grupo investigado: asaltos en estaciones de servicio de carburantes, bancos y establecimientos dedicados a la alimentación con cajas fuertes en las que se guardaba el dinero en efectivo.

La investigación permitió conocer que los ladrones contaban en la zona sur de Gijón con un zulo en el que los agentes localizaron cinco teléfonos móviles, dos walkie talkies, guantes y multitud de herramientas para cometer los robos, una práctica habitual de los grupos criminales que disponen así de un escondite de material para cometer los delitos con menos riesgo de ser descubiertos. Para llegar a este lugar, especifica la Guardia Civil, los delincuentes tomaban fuertes medidas de seguridad, con maniobras de despiste con sus vehículos para evitar levantar sospechas.

Además, los detenidos alquilaron habitaciones en pisos situados tanto en la zona centro de Gijón como en una pequeña localidad del centro de Asturias para facilitar sus movimientos. Tras cometer los primeros robos, generalmente los domingos por la noche, abandonaban Asturias camino de Madrid, su lugar de asentamiento junto con Francia. Pero una vez con base en Asturias, aumentó la frecuencia de sus acciones en el Principado.

Con la desarticulación de la banda han cesado los robos con fuerza que se estaban produciendo por toda la región.