Puntual, con traje rojo impecable se asomó Bunbury al escenario de los hermanos Castro, donde la aguardaban un 2.500 seguidores, la mayoría asturianos, que ya le echaban de menos por estos lares. Arrancó el concierto con "La ceremonia de la confusión". Confusión no hubo: a estas alturas todo el mundo sabe cómo se las gasta este veterano artista, capaz de sortear distintos palos, aunque en el fondo -y en la superficie- no deja de ser un rockero. Así, se hizo acompañar ayer de una banda de rock contundente, como mandan los cánones, con batería, set de percusión, guitarras, saxo y teclados.

Tras sonar "La actitud correcta" o "En bandeja de plata", Bunbury no dejó de cosechar ovación tras ovación y aclamaciones de sus fieles, que les respondieron con palmas y brazos arriba, cuando se dirigió a ellos, ceremonioso, por primera vez en la noche: "Muchas gracias, Gijón. Esperemos que el repertorio que hemos preparado sea de su agrado".

No faltaron, en el recorrido de hora y pico de duración, temas de su etapa en "Héroes del Silencio", como "Mar adentro" o "Héroes de leyenda". Otras reconocidas de su edad en solitario, tan reconocidas como "Lady Blue" "Que tengas suertecita o "El extranjero" o "En bandeja de plata" . Y algunas, de su último trabajo, "Expectativas"como las primeras o "Parecemos tontos". La gente se vino arriba a las primeras de cambio y así fue hasta el final. The end.