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El sportinguista con más pases

El gijonés Diego González reúne una espectacular colección de 14.000 entradas y abonos de fútbol, algunos de hace un siglo

Duelo entre la selección de México y un combinado de Asturias en junio de 1934.

La afición por coleccionar objetos es cosa frecuente; lo que resulta raro es armar una fabulosa colección de entradas y abonos de fútbol. Tal es el empeño del gijonés Diego González, de 41 años, que atesora más de 14.000 unidades. Podría decirse que este personaje es el sportinguista con más pases: más que toda la actual plantilla del Sporting en una temporada.

González inició su colección en el 1990, yendo a ver a "su" Sporting del alma, del que guardaba las entradas de los encuentros a los que asistía en "una caja de Farias", señala. Esta pasión surgió de repente, al interesarse por "una sección de mercadillo" de una famosa revista deportiva. En ese apartado, el incipiente coleccionista se topó con un aficionado "que cambiaba entradas de fútbol", y decidió escribirle para hacer su primer trato. Diego González le envió una del Sporting y el otro aficionado "una de su pueblo", señala. Actualmente, y tras más de veinticinco años con esta afición a sus espaldas, recalca que "el noventa por ciento procede de gente que me las regala".

Sin embargo, la colección de González no se queda únicamente en el equipo del que es seguidor, sino que también colecciona las entradas de los clubes españoles que juegan competiciones europeas, y las de la selección española. De este último caso, recuerda que la primera operación le permitió conseguir la entrada "de un España-Dinamarca de 1993, de un play-off para disputar el Mundial de 1994 en Estados Unidos". Desde entonces, la selección le ha llevado a contactar con personas de diversos países. "A veces la gente piensa que la entrada de la final de Sudáfrica es la más difícil de conseguir y es mentira. Allí fueron 70.000 personas, todas con sus entradas y nadie las tira", remarca, y hablando de la otra cara de la moneda, esos partidos "de chichinabo, por ejemplo, en Liechtenstein", un encuentro que tal como él mismo rememora, le obligó a dar "el coñazo" a aficionados de Vaduz, personas que descubrió por internet al buscar "en foros del club de la ciudad".

Además, es "La Roja" la que más miradas atrae para su sorpresa, especialmente "las entradas que vienen con lenguajes extraños, como las de Azerbaiyán", remarca. Para su gusto personal, el objeto más curioso que atesora es la entrada "de un partido del 19 de abril de 1931, donde sale el logo de la selección con el escudo, y aunque en las camisetas de aquel partido ya se habían eliminado por orden de la República, en la entrada no dio tiempo". Sobre este tipo de cuestiones, también destaca la imagen del Sporting de Gijón, un club que, en 1941, con la prohibición de Franco de usar extranjerismos "tenía que llamarse Real Gijón". En relación con este caso muestra uno de sus "tesoros": "En 1941, durante bastante tiempo todavía no se llamó así, o se usaba el escudo con la letras", explica.

Esta peculiar pasión de Diego González comenzó visitando el Molinón, un estadio inaugurado en 1917 y que, de aquellaa época inicial, González también atesora una reliquia. Tras mover varias hojas de uno de sus álbumespara encontrar una entrada concreta, Diego González señala un pequeño trozo de papel que podría pasar inadvertido, pero que no supo qué era concretamente "hasta unos años más tarde". Se trata del recibo de un asistente el día de la inauguración del actual estadio del Sporting de Gijón, una reliquia con un siglo de antigüedad y que guarda como oro en paño.

Entre las 14.000 entradas hay lugar para muchas más joyas. Es el caso de un carnet del Cimadevilla, un antiguo club de la ciudad gijonesa y que en 1926 disputó un partido en el campeonato regional contra el Oviedo. "Era la primera visita del Oviedo a Gijón, llegaron sin camisetas y no tenían tiempo para volver a buscarlas", una situación que, según González cuenta, provocó que los visitantes jugaran "con las camisetas del Sporting", algo que hoy sería impensable.

Pese a ello, este gijonés sigue buscando una entrada de 1928 de un partido de la selección contra Italia, que para él "es como el Santo grial". Tal es la afición que Diego González no ceja en su empeño de buscar nuevos hitos que amplíen la calidad de su fantástica colección.

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