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SENÉN MERINO | Fotógrafo que expone su serie "Última luz" en el Museo Evaristo Valle

"No veo casi fotografía porque no me quiero contaminar, pero leo a muchos fotógrafos"

"En el arte está todo hecho; de la fotografía queda el momento que existió y no volverá, el espíritu del autor, su cerebro y su talento"

Senén Merino, en su exposición "Última luz". MARCOS LEÓN

"Última luz" es el nombre de la serie de 26 fotografías que Senén Merino expone, hasta el próximo 21 de octubre, en el Museo Evaristo Valle. Amante de los paisajes con especial cariño al mar, el artista ha recorrido las más de 300 playas del litoral asturiano hasta lograr esta colección "monocromática" con la última luz del día.

- Hábleme de su exposición

-Es una fotografía hecha en las últimas horas del día, cuando el sol se pone y hay como 30 minutos de luz antes de que llegue la oscuridad. Está hecha en playas y acantilados, busca las sombras más que las luces y aunque parece que es de día, las luces están rotas porque esa oscuridad produce la hora azul. Me recuerda al blanco y negro clásico porque el monocromatismo, a pesar de ser en color, lo lleva hacia una escala de negros, grises y blancos. La fotografía normalmente es tiempo y espacio, a mí me gusta el espacio. Trabajo con tiempos de exposición muy largos porque así en la imagen metes un poco del tiempo que ha durado la escena, como una película, han pasado cosas ahí que quedan todas reflejadas.

- ¿Es difícil llegar a los lugares donde hace las fotografías?

-Algunos sí, otros no. Aunque hago fotografías con mucha soledad, como el que va a pescar, suelo ir acompañado porque tiene su riesgo, puedes tener un accidente. Hay sitios inhóspitos, a algunos no he podido ir porque necesitaría acercarme por mar.

- ¿Hace una búsqueda previa de lugares antes de aventurarse con su cámara?

-Voy a lugares premeditados sin saber muy bien qué me voy a encontrar. Allí hago fotos, las miro en casa, y vuelvo o no. Muchas de las imágenes son de sitios a los que he vuelto una y otra vez, a algunas iré toda mi vida y a otras no volveré porque no me producen sentimiento para fotografiar.

- ¿Qué le fascina de las playas para ser un tema tan recurrente en su obra?

-Soy de Gijón y he vivido el mar desde pequeñín. La mar, junto al desierto, es el mayor espacio abierto para mí. Siempre es la misma pero cada vez que vas es diferente, una cosa inagotable de inspiración. Estas fotografías están hechas casi todas con temporal, olas de 5 u 8 metros. Al exponer el tiempo, todo ese movimiento se va aplanando y da sensación de paz, pero si uno se detiene y piensa cómo están realizadas, verá que la calma es producto de la suma de las tempestades que durante esos segundos se van produciendo y ese movimiento del mar da sensación de calma.

- ¿Fotógrafos de referencia?

-Muchos. Edward Weston es un referente único por su obra, por su vida. Fue capaz de meterse en una cabaña en el bosque y desde allí iba a sus playas, sus montañas, siempre acompañado porque no sabía conducir. Con sus cámaras de gran formato vivía con sus gatos y era un hombre feliz. Sus últimos años de vida fue un ermitaño creando arte. Me interesan mucho los fotógrafos que escriben, fotografía no veo mucha porque no me quiero contaminar. Eduardo Momeñe es gran fotógrafo y escritor. La época moderna de Steve Shore o Walker Evans. Hago mucho paisaje urbano de lugares entre la ciudad y el campo, zona industrial, tengo una serie de referentes importantes.

- ¿Escribiría sobre su obra?

-No, escribo mal. Me gusta hacer imágenes y hablar, no de lo que pretendo transmitir, eso es cosa del espectador, pero sí desde el punto formalista de por qué compongo y el tema de los espacios, porque soy fotógrafo de espacios. Yo prescindo del ser humano en mis fotografías, me quiero concentrar más en que el espacio no tenga distracciones.

- ¿Se puede ser un artista original, o al final todos "copian" de los demás?

-En el arte está hecho todo, y en la fotografía más. Cualquier cosa que toques, va a estar hecho. En los últimos 20 años hay miles de fotógrafos haciendo fotografías todos los días. De la fotografía queda lo que existió, una cosa que tu fotografías no vuelve a existir más, esos momentos no se repiten, queda el espíritu del autor, su cerebro y su talento. Ese talento puede coincidir con el de otro, pero igual que con los seres humanos, nunca va a haber dos obras iguales. Similares y con influencias, sí.

- ¿Su próxima serie?

-Al principio, durante 10 años, trabajé en blanco y negro. Casi todo lo que he hecho en los últimos años es color. Tengo una serie que me encanta sobre lugares en los que de pequeños jugábamos, que va unida con una sobre fiestas de Prau y con una serie de porterías, todo ello es "Juego". Son una serie de espacios naturales con elementos de juego y ahora estoy trabajando en otra serie sobre abstraer ramas en época de invierno donde la naturaleza está desnuda, en blanco y negro, abstrayendo la planta de su entorno con luz natural, eliminando el fondo.

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