Unas 4.500 son las denuncias cursadas al amparo de la ordenanza de protección de la convivencia ciudadana y prevención de actuaciones sociales entre julio de 2013 y el pasado julio: sus cinco años de vigencia. Algo más de la mitad de esas denuncias son por botellón que en la ordenanza se define como "el consumo de bebidas, preferentemente alcohólicas, en la calle o espacios públicos, por un grupo de personas, cuando como resultado de la concentración de las mismas o de la acción de su consumo, se puedan causar molestias a quienes utilicen el espacio público y a los vecinos, se deteriore la tranquilidad del entorno o se provoquen en él situaciones de insalubridad".

Un estudio de la Policía Local referido al bienio 2016-2017 fija el problema en Cimadevilla y Poniente. Del total de 785 denuncias de 2016, 488 se registraron en la zona centro: 157 en Cimadevilla, 244 en Poniente y 87 en el resto del distrito. Por práctica de botellón fueron 318: 137 en Cimadevilla, 155 en Poniente y 26 en el resto del distrito centro. Una situación similar a la de 2017 con un total de denunciasen todo Gijón de 911 de ellas 424 en el distrito centro repartidas entre las 178 de Cimadevilla, las 188 de Poniente y las 58 del resto. Si se miran exclusivamente las del botellón al distrito centro le tocan 287 con 156 en Cimadevilla y 126 en Poniente. Sumadas las cifras de los dos años queda claro que de la zona centro son el 53,7% de todas las denuncias sobre convivencia. Ese porcentaje se eleva al 66% en consumo de alcohol.

En esa competición por ese mal primer puesto gana Cimadevilla en botellón y Poniente en otro tipo de conductas incívicas. La ordenanza supone sanciones también, entre otros asuntos, por la degradación del entorno, hacer necesidades fisiológicas o actitudes vandálicas en el mobiliario urbano.