Formaron parte de la vida de varias generaciones de gijoneses, por lo que no es de extrañar que la liquidación de todos los elementos que compusieron en su día la mítica discoteca El Jardín levantara ayer cierta expectación. Cientos de personas se pasaron a lo largo de toda la jornada por la terraza del local para hacerse con un trocito simbólico de aquellas veladas musicales, fiestas y conciertos que marcaron el tiempo de ocio de buena parte de los gijoneses.

Los propietarios del local decidieron organizar un mercadillo en el que deshacerse de "todo lo que se puede vender", para dar con ello la posibilidad a los más nostálgicos de llevarse con ellos desde las sombrillas hasta los vinilos que giraban en aquellas noches interminables de verano.

De hecho, los discos y cds fueron los objetos más solicitados por los visitantes, pero no sólo eso. Ayer, primera jornada de la liquidación, se vendieron todas las farolas que adornaban el espacio y todos los neones de colores que durante años fueron seña de identidad de la discoteca. Hubo quien madrugó para hacerse con ellos, y por eso a primera hora se registró un aluvión de visitantes a la terraza.

También se venden bancos, sillas, mesas, equipos de música, taburetes, parasoles y hasta los letreros de la discoteca. Los colocados a la entrada del popular local y hasta los indicadores de carretera, pintados en una chapa. En este caso, no tienen un precio establecido, sino que se abre una puja para que quien esté interesado de verdad se pueda hacer con ellos.

Los organizadores aún no saben cuánto dinero han recaudado en la primera jornada del mercadillo, pero sí tienen claro el destino de la recaudación: los gastos asociados al cierre del negocio. Los interesados en hacerse con un pedazo de la historia de Gijón tienen hoy una nueva oportunidad, en horario de 11.00 a 13.40 horas y de 15.30 a 18.15 horas.