Con leche de vaca, de oveja o de cabra. Tiernos, suaves, ahumados, fuertes y hasta picantes. El abanico gastronómico parecía no tener fin y el olor del buen queso artesano iba impregnando el ambiente durante todo este fin de semana la plaza del Marqués, que acogió la celebración de la VII Edición de la Feria de los quesos artesanos en Gijón. Un olor asturiano que llegó hasta el mismísimo Rey Pelayo.

La cita incluyó la degustación y venta al público de hasta una veintena de elaboraciones queseras realizadas por toda la región.

La actividad a los pies de Cimadevilla fue intensa durante todo el fin de semana, con notable afluencia de público al reclamo de los quesos, que no dudaron en ir picoteando de mesa en mesa, así como con los talleres infantiles puestos en marcha y, por supuesto, el sorteo diario de lotes de queso.