Enagás defiende la activación de la regasificadora de El Musel para utilizarla como almacén de gas licuado, para su reenvío por barco a otros puertos, ante la escasa demanda de gas natural en España que se traduce en una baja utilización de la capacidad de almacenamiento de las regasificadoras españolas. Sin embargo, la tramitación administrativa que está realizando para legalizar la planta, justifica el proyecto en "la necesidad de nuevas instalaciones necesarias para asumir los incrementos en la demanda previstos" en España en el año 2006 y con un horizonte de 2011.
El proyecto se somete desde hoy a información pública, tras el anuncio del mismo ayer en el BOE, como "terminal de regasificación de gas natural licuado de Gijón", con una capacidad de regasificación de 800.000 m3 por hora y dos tanques que suman una capacidad de almacenamiento de 300.000 m3 de gas licuado.
Enagás tiene que reanudar la tramitación administrativa de la planta después de que el Tribunal Supremo ratificara en 2016 la sentencia que anulaba la primera concesión de la autorización administrativa por no respetar la distancia mínima a viviendas, que establecía el Raminp en un artículo actualmente derogado. El expediente que ahora se tramita para legalizar la planta es el de la nueva autorización administrativa y la aprobación del proyecto de ejecución de la instalación, cuya construcción acabó en noviembre de 2012.
Para esta tramitación, Enagás ha presentado un nuevo estudio de impacto ambiental, realizado en mayo de este año, que defiende que activar la planta tiene un menor impacto ambiental que demolerla. También ha presentado el proyecto técnico de la planta y una adenda al mismo, ambos de 2009, sin actualizar, que son en los que se justifica el proyecto por el crecimiento de la demanda de gas en España que se preveía en 2006 y en la que los dos tanques de almacenamiento no se justifican por un proyecto de reexportación de gas licuado, sino por su vinculación a la terminal de regasificación ante los incrementos de demanda en España.
Enagás señaló ayer que el estudio ambiental se ha actualizado al haber nueva legislación aplicable (la Ley de Evaluación Ambiental de 2013), mientras que la empresa considera que no era preciso actualizar el proyecto de 2009 dado que la instalación ya está construida conforme a la legislación vigente y cuenta con el diseño adecuado.
Respecto al proyecto de reexportación de gas licuado, Enagás señala que lo que se tenga que hacer para impulsarlo, una vez se haya completado la actual tramitación administrativa, no será una actuación compleja ni precisará otra tramitación ambiental.
