Los ruidos provenientes de las máquinas de un supermercado en los bajos de su casa convirtieron en un infierno la vida de la gijonesa Isabel Vázquez Pablos durante al menos dos años. Problemas de sueño y daños en la estructura de su vivienda que ahora han tenido respuesta en el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Gijón que ha condenado a la firma asturiana a indemnizar a la afectada con 27.237,72 euros por los daños morales y materiales generados en su vida y su domicilio. No obstante, esta gijonesa ha optado por recurrir la sentencia al entender que esa cuantía de dinero "no creo que me hayan indemnizado por todo el daño que me han causado durante estos últimos años".

Isabel Vázquez padece fibriomialgia y ha tenido problemas de sueño desde hace muchos años por culpa de las máquinas del supermercado que está ubicado bajo su casa, en la plaza Ciudad de La Habana. "Sufrir los ruidos de día es horrible, pero vivir con ellos de noche me ha llevado a llorar de desesperación", recuerda esta gijonesa, representada por el abogado Guillermo Calvo. "Hasta mi hijo, que estaba estudiando su segunda carrera tenía que irse a casa de su abuela para poder estudiar", añade.

Los ruidos comenzaron en 2015. La sentencia, recurrida por ambas partes, considera probado que las instalaciones donde está la firma de supermercados "eran antiguas" y existía una insonorización defectuosa, que se solventó tras una reforma del local, pero "dos años después".

La sentencia considera probado que las vibraciones y ruidos constantes que provenían de las máquinas del supermercado provocaron importantes daños en la vivienda de Isabel Vázquez, que se vio obligada a reformar varias partes del inmueble por las grietas aparecidas, tanto en el baño como en la cocina. El mobiliario también se vio afectado y hubo daños en azulejos que ya no se fabricaban. En suma, la jueza de Primera Instancia fijó la indemnización por los daños generados en 5.337,72 euros, algo que "no cubre lo que costó repararlo todo", lamenta la afectada.

Daños morales

Daños moralesEn lo relativo a los daños morales, la cifra es superior, 21.900 euros por los 730 días en que sufrió esos daños. No obstante, y es en parte por lo que recurre la sentencia, no se estima probado que esos daños provocaron un empeoramiento de su salud al entender que "ya estaba limitada para poder realizar una parte relevante de sus actividades específicas de desarrollo personal por causas ajenas y anteriores a los ruidos". No en vano, Isabel Vázquez fue atendida varias veces en centros sanitarios por problemas como insomnio o estrés a raíz de percibir el ruido. Además, asegura que "después de aislar esos ruidos, tanto mi vecina como yo escuchamos cuando cortan la carne y el pescado contra las tablas". Por ello seguirá peleando.