El ingeniero industrial Lluís Cuatrecasas Arbós compaginó durante años su labor como catedrático de organización de empresas en la Universidad Politécnica de Cataluña con la asesoría a industrias. Desde 2006 es el presidente del Instituto Lean Managemente España. Ayer participó en el I Congreso de Innovación Lean que Innovasturias organizó en El Musel. El Lean Management es un sistema de gestión empresarial que fue inicialmente aplicado por Toyota para mejorar su competitividad y que con el tiempo se ha extendido.
- ¿Cuál es su ventaja?
-El Lean Management ha llevado a la industria del automóvil a un punto de eficiencia que está muy por encima del resto. En Estados Unidos se creo el instituto, Lean, para impulsar que se aplicara a cualquier actividad el mismo sistema de gestión. Y con la crisis que hubo hace unos años, y que no sé si se ha acabado aún, se ha hecho más importante. Implica eliminar todas aquellas actividades que cuestan dinero y tiempo y que se considera que son inútiles y que en este sistema se llaman desperdicio, por ejemplo, los stocks. En lugar de basarse en las economías de escala, produce en función de la demanda.
- ¿Aplicable a todo sector?
-Sí. En cualquier proceso el margen que hay para eliminar actividades sin que el producto quede afectado es enorme.
- ¿Es más fácil aplicarlo en la gran empresa o en las pymes?
-Técnicamente es igual, pero no en la realidad. Es más rápido en las pymes; las grandes empresas es que son organizaciones que cuesta mucho mover.
- ¿En el contexto económico actual qué importancia tiene ir a este tipo de gestión?
-Aquellos sectores en los que está ya muy implantado este sistema, o trabajas así o te echan del mercado. Además del automóvil, hay sectores donde se está introduciendo mucho, como la electrónica e incluso los hospitales.
- ¿En los hospitales?
-Es un sistema válido para todo tipo de actividad. Lo que se trata es de erradicar todo tipo de tareas que no aporten nada al producto o servicio.
- ¿Cómo están afrontando el problema secesionista las empresas catalanas?
-Hay de todo. Las empresas que tienen un mercado fuerte fuera de Cataluña están temerosas de perderlos. Las que están muy extendidas en el resto de España son más precavidas.
- Decía que no sabe si la crisis pasó o no.
-Es que ha sido una crisis muy fuerte y la recuperación está siendo muy lenta. Para determinados ámbitos sí ha pasado. Por ejemplo, el mundo del automóvil la ha sobrepasado hace tiempo, si no en 2014, en 2015. Y han salido muy reforzados. Pero, volvemos a lo mismo, es que el mundo del automóvil está a otro nivel. Otras empresas lo están pasando mal.
- ¿El que no sale reforzado desaparece?
-Lo que pasa es que la competitividad está siendo muy dura. Con la globalización y las crisis, la competencia ahora es una batalla feroz en todos los sectores.
- ¿Qué opina de las deslocalizaciones de empresas?
-Se está demostrando que no ha sido muy buena idea llevarse fábricas a China o a Europa del este por los costes salariales. Los que lo hicieron no se dieron cuenta de que allí hay otros costes.
- ¿Cuáles?
-Los de la logística de materiales y productos, los de mano de obra no suficientemente capacitada y la inestabilidad de algunos países, entre otros.
- Pero los hubo. Un ejemplo fueron las fábricas de motos, como la de Suzuki en Gijón.
-Sí, pero en la mayoría de los casos las deslocalizaciones no han sido afortunadas. Y eso se está demostrando porque hoy están volviendo a España empresas que se habían ido a China. Han vuelto porque han visto que no consiguen los resultados brillantes que esperaban y que encima se les ha complicado la vida. Ante situaciones de crisis cada empresa elige su camino. Desde mi humilde punto de vista el Lean Management es bueno, otros no.
- ¿Qué opina de las medidas proteccionistas, como las que pide la siderurgia a la UE?
-El proteccionismo, a la larga no se puede hacer, porque estamos en un mundo global. Además, es un bumerán, porque puede frenar a los competidores de fuera, pero también implica que las empresas de aquí tengan problemas para exportar. Donald Trump amenaza con proteccionismo, pero no acaba de hacerlo.
- Otra de las cuestiones que están sobre la mesa es la descarbonización. ¿Cómo lo ve?
-Yo creo que esto es una exageración, hoy en día, por un tema tecnológico: Existe tecnología para que las centrales térmicas no contaminen, así de fácil. Y por lo tanto, esta es una discusión que al final entiendo que es política. Técnicamente las térmicas pueden funcionar sin contaminar.
- ¿Insistir en cerrarlas qué repercusiones puede tener?
-Asturias ya ha sufrido mucho con todo el tema de la siderurgia y de la minería. Ya sabemos cuáles son las consecuencias. En Cataluña también lo conocemos con el textil, sector del que casi vivía Cataluña en los años 70, eso se acabó y hubo que reinventarse. Aquello fue un problema económico, pero aquí me da la impresión de que hay un fuerte componente político. Y un componente complejo, porque está detrás la UE, ya no es que se decida en España.
- ¿Y consecuencias para el conjunto de la economía?
-Habrá que reinventarse, promover otras fuentes de energía o comprar la energía. En Cataluña estamos comprando energía francesa.