Margarita Suárez Covián, antigua directora de la Escuela Infantil Caperucita Roja, falleció ayer a los 61 años dejando tras de sí un compromiso y un interés destacado por la atención educativa temprana de los niños y niñas en el concejo. Hasta hace aproximadamente dos años, cuando la enfermedad mermó sus fuerzas, estuvo al frente del centro gijonés -ubicado en el barrio de Laviada- y sus compañeras recuerdan que al menos dedicó más de tres décadas a la atención y las necesidades de los niños y sus familias. Y lo hizo, recuerdan algunas de las profesionales que compartieron inquietudes con ella, con un concepto moderno, innovador y exigente de la educación infantil, -"siempre estaba formándose", cuentan- con visión integral de lo que supone, y eso en una época en la que gran parte de las guarderías privadas asumían sólo una labor de asistencia a las familias.

También tuvo Margarita Suárez Covián protagonismo en la lucha y la defensa por el sector privado cuando se hizo necesario. Sobre todo cuando la caída de la natalidad y la extensión de la oferta del segundo ciclo de educación infantil (3-6 años) llegó a los colegios concertados y se empezó a articular la red pública de centro de 0-3, que relegó y causó el cierre de muchas guarderías privadas.

Entonces, hace casi veinte años, se creó la asociación Aseipa, Asociación de Escuelas Infantiles del Principado de Asturias, de la que ella fue primera presidenta y Alicia Martín la vicepresidenta.

Se gestó la asociación a partir de las inquietudes de 18 escuelas de Gijón y finalmente en su unión con el resto de centros de Asturias llegaron a unir fuerzas casi cincuenta empresas. Las guarderías, con Margarita Suárez defendiendo sus postulados, reclamaban su protagonismo durante décadas en la atención integral al niño, lo que implicaba "tanto trabajar la psicomotricidad como cambiar un pañal, o iniciar a los niños en las lenguas extranjeras, convertidos casi en la prolongación del hogar".