Los estilos de las novelas de aventuras, negra y social se entremezclan en la trama policiaca de la nueva novela de Alfredo F. Alameda, "El diablo de la guarda". En ella, el escritor cuenta la historia de dos hermanos que huyen de un colegio religioso en una pequeña ciudad de Castilla, rumbo al Madrid de primeros de los sesenta. "Un viaje que, ya de por sí, es una gran aventura", explicó Alameda ayer en la presentación de su nuevo trabajo en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

Unas peripecias que se entremezclarán con la resolución de tres misteriosos asesinatos. Una historia que da pie a Alameda a dibujar en su texto "un precioso mosaico de la España de comienzos de los años sesenta". Sobre todo en un Madrid "barojiano" en el que se mezclan "las peleas de boxeo, las putas en las calles o las nuevas barriadas en crecimiento". Una ciudad "muy interesante, que nada tiene que ver con el actual, en el que paisaje y paisanaje cambiaron por completo".

La de ayer no fue una presentación al uso. Alameda estuvo acompañado por el polifacético Paco Abril y por su editor, Emilio Pascual, "un experto cervantista" que ayer se metió en el papel de Miguel de Cervantes, representando "un divertido sainete". El motivo se explica porque "en el texto se reproducen varios pasajes de El Quijote, un guiño y homenaje a la gran obra cervantina, cumbre de la literatura española", explicó Alameda, que dedico su vida laboral al mundo de la publicidad antes de adentrarse en la escritura.