Antonio Martín es el coordinador de blockchain de Alisys, una empresa que impulsa la digitalización de las organizaciones a través de soluciones tecnológicas innovadoras como la inteligencia artificial, las telecomunicaciones o el blockchain. Ayer acudió a Gijón de la mano de Impulsa para presentar el consorcio Alastria y las actividades que se harán desde Asturias, con el fin fe promover un ecosistema digital basado en una tecnología que "ha llegado para quedarse".

- ¿A qué se dedica este consorcio?

-Es un consorcio multisectorial, con empresas de todos los sectores para trabajar sobre una nueva plataforma blockchain a nivel nacional. Actualmente somos cerca de 300 socios, desde grandes empresas hasta pequeñas pymes pasando por administraciones públicas o universidades, y también estamos colaborando con otros organismos estatales desde el punto de vista regulatorio. Lo que queremos es crear una plataforma para que las empresas puedan trabajar en España cumpliendo el marco legal de la tecnología blockchain.

- ¿Cómo se define el blockchain?

-Es una especie de registro digital donde podemos volcar eventos, información, cosas que pasan, en una red que tiene múltiples nodos repartidos geográficamente. Esto permite a las empresas nuevos modelos de trabajo, para interoperar de manera más sencilla. Ya no será necesario que dos empresas se pongan de acuerdo en la forma de intercambiar información, porque todas la volcarán en una red común de una manera segura. También permitirá crear nuevos modelos porque tanto ciudadanos como empresas vamos a poder tener un identificador digital único con el que relacionarnos entre nosotros y con las empresas, y eso cambiará la forma en que interactuamos. No vamos a tener que darnos de alta una y otra vez con las empresas y repetir la cesión de datos entre las compañías con las que nos relacionemos, bien sea el banco o la empresa energética.

- ¿Cuál es la ventaja competitiva?

-Por una parte, está mejorando procesos y eficiencias de cosas que antes era muy difícil hacer cuando había que interoperar entre diferentes organismos, entre distintos proveedores. Y también permitirá crear nuevas aplicaciones que no existían, hay una parte de disrupción.

- ¿Por ejemplo?

-El primer caso de éxito es el del bitcoin, que de usuario particular a usuario particular podamos cambiarnos dinero sin pasar por un banco. Es el primer caso de uso que lleva en marcha diez años y es el que todo el mundo conoce. A partir de aquí podemos hablar de que cuando naveguemos por internet no tengamos que utilizar una contraseña para cada web, ni tengamos que depender de que sea Google o Facebook el que verifique que eres tú. Se trata de que tú tengas una identidad, llegues a un sitio web, la red blockchain diga que eres tú efectivamente y vivas donde dices vivir, y puedas entrar directamente en el sitio. Si tú concedes permiso va a quedar un registro de esas visitas y de lo que haces, y vas a poder ceder información de lo que quieras. Pero también podrás retirarla; nos volveremos soberanos de nuestros datos y podremos ver el listado de empresas que tienen nuestro correo electrónico, y qué permiso les hemos dado para utilizar nuestros datos, y podremos retirar esos permisos. Con ello se cede a los usuarios la soberanía sobre sus datos. Podemos decir que se gana agilidad y rapidez en las operaciones.

- ¿Es este el futuro?

-El uso de la identidad digital es una de las aplicaciones disruptivas y una de las primeras que vamos a ver en lo que se refiere a la protección de datos. Para las empresas va a tener mucho valor, no sólo para los usuarios. Porque si eres una empresa de servicios y se te acerca un posible cliente ya no tienes que hacer el acto de fe de creer que eres quien dices que eres. La identidad digital me va a demostrar que eso es real, y con ello podremos tener nuevos modelos de uso en el sentido de que podremos crear acuerdos entre compañías que, por ejemplo, abaraten los costes para el usuario.

- ¿Podemos decir que la información está en la nube?

-Esto es una red de nodos, que cada vez están creciendo más con los cerca de 300 socios que somos hoy en día, y todo se replica en todos a la vez. Ahí está la fortaleza de la tecnología blockchain. Si alguien quiere hackearlo o corromperlo tiene que cambiar todos los nodos a la vez, o al menos más de la mitad. Quien quiera unirse sólo tiene que acceder a la web de Alastria para formalizar la inscripción.

- ¿Saben las empresas que hay que empezar a usar esta tecnología?

-Es una de las labores que estamos haciendo, la de divulgación y animar a las empresas a subirse al carro antes de que el carro les deje atrás. Y estamos hablando tanto de las TIC's, para desarrollar estas aplicaciones, como de las grandes empresas que pueden lograr de esta forma impactos competitivos muy grandes.

- La criptomoneda genera aún desconfianza...

-Normal. Lleva diez años operando y hay billones y billones de euros metidos y ningún hacker ha conseguido "reventarlo". A día de hoy están apareciendo criptomonedas que están ancladas al dólar, con lo que es posible cambiarlas por dinero real. El bitcoin se está posicionando como una unidad de inversión a largo plazo como puede ser el oro, pero no puedes ir a pagar el pan con un lingote. Por eso están surgiendo nuevas redes pensadas para que desde tu móvil pagues un pequeño servicio directamente. Está empezando ahora, y aún quedan años, es una tecnología emergente que acabará asentándose.