La propia alcaldesa, Carmen Moriyón, abrió ayer la puerta a, "si hay margen de maniobra que nos lo permita", matizar de cara a esta Navidad la propuesta de calles a iluminar en la ciudad y, ya pensando en el futuro, "sentarnos y replantearnos el modelo, si es que éste no resulta satisfactorio". Era su respuesta al malestar generado entre muchos comerciantes .

La Alcaldesa dejó claro que el cambio en el sistema de gestión de la iluminación navideña tiene como origen el cumplimiento de una recomendación de la Sindicatura de Cuentas, que consideraba una irregularidad el convenio que se firmaba con la Unión de Comerciantes para que fueran ellos los que hicieran un contrato con dinero municipal. En este contexto, y por recomendación de la Intervención, tampoco tenía cabida el mecanismo de otros años de cobrar a los comerciantes 60 euros a través de la Unión y, recordaba Moriyón "en base a esa estrategia elegir las calles". Este año el contrato que el Ayuntamiento hizo para elegir a la empresa incluía un listado de las 107 calles a iluminar. Un listado no negociado con la Unión de Comerciantes.

"Las luces de Navidad son para toda la ciudad pero es evidente, y lo defendemos, que resultan un revulsivo para las zonas comerciales Y ese peso comercial de las calles, y una representación en los barrios, es lo que se ha tenido en cuenta", sentenció Moriyón dejando claro que el grueso de las calles a iluminar en esta campaña se corresponden con el de años anteriores y que la colaboración con la Unión siempre fue de su interés.

Los únicos matices diferenciadores son dijo, la apuesta por iluminar rotondas de acceso y arterías que el Ayuntamiento considera fundamentales "porque en esto de las luces ya hubo cuestiones discutidas y se podía llegar a que vías importantes como Pablo Iglesias, Manuel Llaneza o las avenida de la Costa y Constitución se quedaran sin iluminar".