Enchufar el móvil en medio del bosque para cargarlo aprovechando la energía eléctrica que genera una rueda de molino. Puede parecer raro pero es perfectamente posible y pronto será real en el Jardín Botánico de Gijón, que se está convirtiendo poco a poco en un banco de pruebas para la generación de energía limpia con diverso uso.
La idea la han planteado los integrantes de la empresa gijonesa "Sinfin", una "spin off" nacida del grupo de investigación de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Oviedo, dirigido por Juan José del Coz, que en los últimos tiempos se ha encargado de la restauración de la rueda instalada en el cauce del arroyo de Peña Francia que atraviesa el espacio verde.
Para ello el equipo escaneó la rueda original, muy deteriorada por la acción del agua y la intemperie, con el fin de reproducir fielmente cada una de sus palas, de madera de castaño. Ahora se han sustituido por madera tropical de tatajuba, más dura y resistente, y la rueda ha comenzado a funcionar a pleno rendimiento. Tanto, que además de bombear agua al cuélebre que hace las delicias de los niños, ahora se utilizará para enchufar los teléfonos. Para ello "se le colocará un adaptador de manera que se puedan cargar los móviles en un plazo corto de tiempo, mientras das un paseo por el Jardín", explica el profesor José Luis Suárez Sierra, con lo que "utilizamos energía limpia y sin costes añadidos".
El proyecto forma parte de una serie de actuaciones en el Botánico que se completan con la colocación de placas solares, un molino de viento y un "hidrotornillo" en el estanque del jardín, todos ellos interconectados, sobre estructuras que ya existían y con el fin de emplear la energía en nuevos proyectos, como la eliminación de algas del agua.
