Mientras continúa abierto el debate sobre si las estaciones de control de la calidad del aire de la ciudad calibran bien o no la contaminación, los vecinos lanzaron ayer una nueva llamada de atención sobre al presencia de una gran nube rojiza de contaminación sobre el cielo de la ciudad. Urgen medidas de control ambiental. Arcelor, la empresa responsable de la emisión, reconoció el incidente a los responsables de Prevención y Control Ambiental y lo atribuyó a la rotura de una cuchara del horno. Aseguró, además, haber frenado la emisión de forma casi inmediata, a alrededor de las 13.00 horas, y justificó el color rojizo del humo a la alta presencia de hierro suspendido. Varios colectivos vecinales y residentes en la zona oeste, no obstante, aprovecharon para denunciar la situación.

Elena Marañón, directora general de Calidad Ambiental, explicó ayer que recibió una notificación de Arcelor a los pocos minutos de que se produjese la emisión y espera, a lo largo del día de hoy, recibir un informe que esclarezca mejor lo sucedido. "A las 13.30 horas nos llegó una notificación de la empresa que apuntaba a una emisión difusa de partículas de color rojizo por la alta presencia de hierro. En el propio aviso Arcelor aseguró haber controlado ya el incidente y no prevé que se vuelva a repetir. Nosotros estuvimos pendientes de los medidores y no hemos visto ningún repunte de contaminación en la ciudad, así que, en un principio, la emisión no parece haber sido peligrosa", explicó. Desde ayer, Arcelor tiene un plazo de diez días para enviar un estudio completo y detallado sobre la razón y consecuencias de la emisión.

Por su parte, José Ramón Puerta, presidente vecinal de Santa Cruz de Jove, aseguró ayer que desde su parroquia este tipo de nubes suelen aparecer cada pocos días. "Nos preocupa el color rojo que se vio desde varios puntos del barrio y nos sorprende que haya sido a plena luz del día, porque estamos acostumbrados a ver ese tipo de emisiones por las noches. Muchas veces esas partículas se depositan en los tejados de las casas, parece ceniza", aseguró.

Esta circunstancia, por otro lado, llega pocos días después de que los ecologistas recordaran que la Administración no cumple con la directiva que obliga tanto al Gobierno de Asturias como al Ayuntamiento de Gijón de hacer públicos los datos de contaminación atmosférica y calidad del aire también de las estaciones privadas "porque son peores datos que las de las públicas, en una demostración continua de falta de trasparencia", subrayan. Ayer mismo la Coordinadora Ecologista de Asturias denunció ante la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente y ante el Ayuntamiento de Gijón la "gigantesca nube naranja" que cubrió el cielo de la ciudad en las primeras horas del día "desconociendo que pasó esta vez; la nube volvió a asustar a los vecinos del entorno porque se vio desde numerosos lugares", precisaron desde el colectivo.

Estos humos afectan a las parroquias del entorno de la gran área industrial del oeste de la ciudad, que llevan décadas sufriendo la contaminación. "No se toman medidas para reducir el fuerte impacto ambiental de la actividad industrial a pesar de las evidencias diarias de la contaminación que produce", subrayan los ecologistas en su denuncia sobre la última incidencia con una gran "boina" rojiza sobre el cielo gijonés. Agregan los ecologistas que la mala calidad del aire también se mantienen en la zona del Lauredal, donde esta misma semana se superaron los picos permitidos de partículas PM10. "Hay que recordar que esta estación el Principado no la contabiliza en el protocolo de contaminación. Ya lleva este año 57 superaciones del valor de referencia diaria", subrayan desde el mismo colectivo.

Además, advirtieron los ecologistas, también se produjeron picos importantes en otras estaciones de las pocas que dan datos en continuo, destacando las micropartículas en Roces.