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El último debate sobre el estado del municipio del actual mandato

El legado de Moriyón, a examen

Los recortes económicos, los sucesos ambientales, las ayudas paralizadas y los planes inconclusos centrarán la discusión plenaria

El legado de Moriyón, a examen

Aún faltan días para que las campanadas marquen el inicio de 2019 pero ya hace tiempo que la clase política vive instalada en este año. Más en concreto en un mayo electoral. Por eso, y porque ya hace tiempo que anunció su salto al ring autonómico para intentar ser presidenta del Principado, Carmen Moriyón se enfrentará el próximo martes como Alcaldesa de Gijón a su último debate sobre el estado del municipio. Allí tendrá la posibilidad de repasar su legado para la ciudad que ha gobernado durante ocho años. El primer gobierno no socialista de Gijón en la actual etapa democrática.

Moriyón podrá enumerar los logros municipales de Foro pero también deberá escuchar los reproches de los portavoces de PSOE, Xixón Sí Puede, PP, IU y Ciudadanos. Y no son pocos. La Alcaldesa llega a este debate en un escenario municipal lleno de enredos. No sólo de los que se pueden leer en el sumario del "caso Enredadera" que motivó la organización de una comisión especial que está investigando las vinculaciones de empresarios de la trama de corrupción con el Ayuntamiento gijonés. Tras meses de reuniones y comparecencias no se han detectado irregularidades que deban llevar al Ayuntamiento al juzgado pero la oposición afea las permisivas relaciones entre concejales del gobierno y altos cargos con empresarios.

Pero para líos lo que se acumulan en el área de Hacienda. El Ayuntamiento de Gijón ha vivido 2018 en situación de prórroga presupuestaria y en prórroga presupuestaria vivirá 2019. Ya hace días que el gobierno tomó esa decisión al no ver factible encontrar apoyos suficientes a su proyecto presupuestario. De hecho descartó convocar el pleno presupuestario evitándose así unas cuantas horas de debate que acabarían con un "no se aprueba". Dos años consecutivos de prórroga que coinciden con los dos años de impuesta aplicación de un plan económico de ajuste del gasto al haber incumplido en el cierre económico de 2017 con la regla de gasto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

Un plan y una regla que suponen que, aunque haya dinero en las arcas municipales no se puede gastar más allá de un límite. Foro asumió en solitario el cumplimiento de esos ajustes -recortes en palabras de la oposición que les negó su apoyo en el Pleno- para evitar que las cuentas municipales pudieran acabar intervenidas. En este camino económico donde las restas se imponen a las sumas han quedado en el olvido los presupuestos participativos que daban a los gijoneses la opción de decidir sobre algunas de las inversiones de su ciudad.

Y entre resta y resta se han resquebrajado programas de ayudas directas a los vecinos que llevaban años en marcha. Sin fondos se quedaba hace unos meses la Empresa Municipal de la Vivienda para seguir con las ayudas al alquiler y un año lleva paralizado el plan de subvenciones a fachadas. Aquí el lío es grande y costará años deshacer la madeja. Aún sin aceptar nuevas peticiones desde enero, el Ayuntamiento tiene pendientes cerca de 500 expedientes que movilizarían 45,5 millones de euros. Aunque algunos elevan la "deuda" a 80 millones al contabilizar anualidades pendientes de ayudas ya concedidas y pagos a la rehabilitación de barrios degradados.

Esa cola imaginaria de vecinos esperando por esas subvenciones se puede colocar al lado de la cola, esa sí real, de las miles de personas que llenaron los centros municipales para pedir las ultimas ayudas sociales del año: las ayudas energéticas y la nueva renta social. Ese programa pionero que se puso en marcha en 2017 con gran despliegue y fondos, que le salvó los presupuestos de ese año a Moriyón a través de la abstención de Xixón Sí Puede e IU, y que iba a garantizar unos ingresos mínimos dignos a todas las familias de Gijón. Un año después la renta social le ha costado al Ayuntamiento incumplir la regla de gasto, ha bajado su dotación presupuestaria, se ha convertido en uno más de los programas de la Fundación de Servicios Sociales y no tiene garantizada su supervivencia.

El descenso en la inversión municipal y los problemas de ejecución de obras en la calle son un clásico de los estados del municipio de los últimos años. Previsiblemente vuelvan a serlo del de este ejercicio. Al igual que la parálisis en la definición y ejecución de un futuro para el edificio que albergara la Fábrica de Tabacos. Más suerte han tenido otros proyectos como la rehabilitación de la Escuela de Comercio o el impulso del Parque Tecnológico como motor económico de un Gijón donde el paro sigue siendo una lacra.

Como Alcaldesa pero también como titular directa del área, Moriyón ha tenido que afrontar muchos enredos medioambientales. Ecologistas y movimiento vecinal han alzado la voz contra la contaminación, sobre todo en la zona oeste, y no les son suficientes ni planes del aire ni policías verdes. Pero cuando no se ven nubes rojizas sobre el horizontes se ven manchas negras sobre la arena de San Lorenzo y marrones en sus aguas. La principal playa de Gijón, y su imagen turística, lleva tiempo en el epicentro de la polémica. Hay muchos estudios y registros de datos pero pocas soluciones. El carbón puede venir de las bodegas del hundido "Castillo de Salas", de El Musel, de los dos o de ninguno. Eso en lo que tiene que ver con la arena, cuya pérdida o no también está en veremos. Y para acabar con los vertidos al mar en tiempos de fuertes lluvias hay que construir el pozo de tormentas de los Hermanos Castro del que se lleva años hablando porque ya estuvo adjudicado y judicializado.

A Madrid tiene que mirar el Ayuntamiento para buscar solución a dos de sus líos más añejos: la depuradora del Este y el plan de vías. En el primer caso, y a falta de que se complete el nuevo proceso ambiental, se ha intentado alcanzar una mejora incorporando los equipos de desarenado y desengrasado. En el segundo, y después de que todo Gijón se pusiera detrás de una pancarta y el ministro Ábalos cogiera el megáfono en la plaza Mayor, parece que todo está encaminado para que se firme el convenio que concrete el nuevo proyecto con estación en el Museo del Ferrocarril, metrotrén hasta Cabueñes y vías soterradas hasta La Calzada. Mucho papel y poca obra en casi dos décadas de historia.

Como papel y papel se ha gastado en diseñar planes estratégicos que, como el de movilidad, tendrán que esperar a otro gobierno para ser ejecutados. Igual que el plan Reto que iba a reordenar toda la estructura de trabajo del Ayuntamiento. Los munícipes ni siquiera han conseguido rematar la reforma del reglamento interno para regular su actividad como se propusieron al iniciar el mandato.

Puestos a planificar, el mayor logro del gobierno de Foro se encontraría en un Plan General de Ordenación que ha conseguido un apoyo mayoritario. La CUOTA se reunirá este lunes para dar su dictamen y quizás el martes la Alcaldesa pueda presumir en el debate del estado del municipio de poder irse de Gijón dejando aprobado un Plan que marque las directrices del urbanismo en la próxima década. ¿Será suficiente legado?

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