Un vecino de Gijón resultó condenado a doce meses de prisión por un delito de amenazas y otro de resistencias, con la agravante de reincidencia, después de protagonizar un violento episodio en un bar de copas del barrio de Laviada en el que llegó a amenazar con una navaja y un martillo al dueño del establecimiento.

El condenado sostuvo una fuerte discusión con el responsable del bar, que le invitó a irse. El procesado se negó y se volvió violento, incluso con los agentes que se personaron en el lugar.

Los policías le insistieron para que dejase en el suelo la navaja, el martillo y un palo de madera que llevaba encima, pero sin éxito. Lejos de mostrarse colaborador, dice la sentencia, "les insultó y amenazó, por lo que hubo de emplearse la fuerza para inmovilizarlo. Ahora, la Audiencia le impuesto doce meses de cárcel y dos años de alejamiento del bar y el dueño del negocio.