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"Nuestro tejido productivo no es capaz de absorber a todos los titulados", asegura el Rector

Granda cree que la formación es la mejor garantía para el empleo, pero reconoce que "muchos ya buscan su sueldo fuera"

"Nuestro tejido productivo no es capaz de absorber a todos los titulados", asegura el Rector

Al Rector de la Universidad de Oviedo no le salen las cuentas. Asturias no es capaz de absorber al cantidad de titulados que salen cada año de las aulas. "Es algo conocido y una rémora de nuestra reconversión y la carencia de buenas comunicaciones", apunta, pero también advierte que, de mantenerse la tendencia, sería "preocupante" para la región.

Santiago García Granda certificó lo apuntado el día anterior por este diario, según los datos del informe "El estado de la pobreza", advirtiendo de la precariedad de los universitarios: "El drama del empleo juvenil es un fenómeno que nos afecta especialmente en Asturias". La realidad, continúa el Rector, es que en este momento muchos jóvenes "tienen que buscarse su sueldo fuera de nuestra comunidad autónoma". No obstante, insiste García Granda, la formación que da una titulación universitaria "sigue siendo definitivamente un pasaporte internacional y una de las mejores garantías para lograr un puesto de trabajo en Asturias y fuera de Asturias". Esa carrera, continúa el máximo responsable académico, representa "la mejor garantía para conseguir un empleo, pues la formación universitaria sigue abriendo puertas a quienes poseen una buena formación superior".

Aun así, advierte el máximo responsable de la institución académica, sería conveniente recabar datos comparables con los empleos no universitarios. "De ser una tendencia consolidada en Asturias, sería preocupante".

Un trabajo realizado en el marco del máster universitario en Protección Jurídica de Personas y Grupos Vulnerables revela que las medidas adoptadas por el Gobierno desde el inicio de la crisis no han mejorado la calidad del empleo de los jóvenes. Más bien al contrario. "La tendencia de la temporalidad ha estado en auge hasta el punto de que el 90% de los empleos que se crean son mediante contrato temporal", subraya el estudio que firma Héctor F. Lasheras, tutorizado por el profesor acreditado como catedrático Miguel Ángel Presno Linera. "Desde 2008, hemos visto como las medidas del Gobierno encaminadas a generar empleo no han tenido el resultado deseado", agrega.

Y el paso de los años ha creado subgrupos dentro de los desempleados, como son los de larga duración, muy larga duración e incluso muy, muy larga duración. Uno de los peores indicadores de este colectivo de trabajadores en condiciones precarias es su salud. Por este motivo, explica en su trabajo Héctor F. Lasheras existe además, una interrelación entre el desempleo y la salud mental de los trabajadores. "Parcialidad y temporalidad han reducido los salarios, ya de por sí con una tendencia a la baja", advierte el joven. Las conclusiones del informe sobre "El estado de la pobreza" lo dejan claro: esas circunstancias llevan a una situación en la que los jóvenes con estudios superiores se ven abocados a un estado de "frustración" y a la "ruptura de sus expectativas" de futuro.

Pese a las palabras del Rector, dicen los expertos que estudiar una carrera ya no protege contra el riesgo de pobreza. "Las bases sobre las que hemos edificado la protección contra la pobreza, trabajo y nivel educativo, han perdido potencia", sostiene Juan Carlos Llano, autor del informe "El estado de pobreza 2018". De hecho, gran parte de las personas en riesgo de pobreza en nuestro país son los propios nacionales, en concreto, el 81%, y muchos de ellos cuentan con un nivel educativo medio o alto. En total, el 13,8% tiene estudios superiores y el 56%, estudios medios. Lo que supone, según el sociólogo Juan Carlos Llano, investigador de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión (EAPN) que en los últimos diez años ha aumentado el número de titulados universitarios en riesgo de pobreza: son 320.000 personas más. Sólo en Gijón, en la última década el porcentaje se incrementó en un 39%, de noviembre de 2008 al mismo mes de este 2018.

Pese al pasaporte para el empleo que representan los estudios superiores, como defiende el Rector, esos jóvenes hay un 13,8% de jóvenes con estudios superiores que no son capaces de sortear la vulnerabilidad "Hicieron lo que se les pedía y lo que iba a asegurarles condiciones de vida dignas, estudiar, y, sin embargo, son pobres", recalca Juan Carlos Llano. Y aunque está más que probado que el nivel educativo tiene estrecha relación con los logros en la vida laboral y profesional, esos cimientos para luchar contra la pobreza se han debilitado en los últimos años.

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