El gobierno forista de Carmen Moriyón tomó la decisión a mediados de noviembre pero la ejecutará ahora. El equipo económico municipal tiene ultimado, para su inminente aprobación formal, el decreto de prórroga que enmarcará la situación presupuestaria del Ayuntamiento cuando las campanadas marquen el cambio de año. No es la primera vez que Moriyón firma un decreto de este tipo. Sin ir más lejos hizo lo propio el 21 de diciembre del año pasado. Pero ahora el contexto económico y político complica al máximo un escenario ya complicado.

Por un lado, se trata de un segundo año consecutivo en prórroga con las dificultades de fondo y forma que eso genera a la hora de engrasar y actualizar la maquinaria municipal. Por otro, es la primera prórroga que se hace teniendo que asumir de partida las limitaciones incluidas en el denominado Plan Económico-Financiero al que se vio abocado Ayuntamiento por el incumplimiento de la regla de gasto en la liquidación de las cuentas de 2017. Un incumplimiento que el gobierno espera salvar en el cierre económico de este 2018.

Y, por si fuera poco, 2019 es un año electoral lo que garantiza una ralentización de la actividad municipal por el cambio de gobierno a principios de verano. Algo que ocurre siempre sean cuales sean las siglas del gobierno saliente y entrante y aunque se mantenga el mismo liderazgo en la Alcaldía. Esta vez, además, se sabe que la máxima regidora de la ciudad no lo seguirá siendo ya que Moriyón ha optado por pasar de la liga local a la autonómica en su trayectoria política.

Pero en la Navidad municipal no sólo se conjuga el verbo prorrogar. El equipo económico municipal que encabeza como política la edil forista Ana Braña ha trabajando en paralelo estos días en el remate de la prórroga presupuestaria y en sus primeros cambios. Unas modificaciones que, en forma de dos expedientes a presentar en el Pleno de febrero, buscan garantizar la actividad inversora municipal financiándola con un préstamo de alrededor de 17,8 millones. Préstamo que saldrá a contratación el próximo mes de enero para agilizar al máximo los plazos. No hay que olvidar que los capítulos de inversión y transferencias de capital son los más afectados cuando se prorroga un presupuesto.

Un ejemplo. El decreto de prórroga para 2018 sólo pudo prorrogar 202,1 de los 227,3 millones del presupuesto inicial de 2017. Una pérdida de unos 25 millones de euros. El anexo de inversiones pasó de un plumazo de 20 a tres millones de euros. Y tampoco es baladí el problema que se genera a la ya complicada operación de transferencia a las comunidades de vecinos del dinero al que tienen derecho como perceptores de subvenciones, eliminación de barreras arquitectónicas y mejora integral de barrios degradados.

Buscar apoyos

Para que estas primeras modificaciones se hagan realidad no basta con una firma de la Alcaldía como en el decreto de prórroga. Aquí será necesario conseguir el apoyo mayoritario en una votación plenaria y si la oposición no se lo puso fácil antes a Foro menos parece que se lo vaya a poner a pocos meses de verse las caras en las urnas.

De hecho, tanto izquierda como derecha le han puesto peros a los primeros borradores que Braña les ha presentado de estas modificaciones. No hay mucho que decir de la primera modificación donde van unos diez millones de euros para asumir las obras ya comprometidas en contratos en marcha. La pelea es sobre las obras a las que se da cobertura en la segunda y donde todos quieren ver reflejadas sus prioridades.

Además de que todos piden obras distintas, la oposición reclama más dinero para el plan de fachadas que en la propuesta de Foro se concreta en seis millones: tres para anualidades ya comprometidas en subvenciones de comunidades individualizadas y otros tres para barrios degradados. Foro mantiene que el cumplimiento de la regla de gasto impide ir mucho más allá.