Si hay alguien a quién se puede ver durante más horas en la pista de hielo de Gijón que a los trabajadores esa es Irina Ríos. Esta gijonesa de 13 años tiene una auténtica fijación por el patinaje invernal. Pasa dos horas al día deleitando con sus movimientos a los que acuden a la pista situada en El Solarón. Este año sólo tuvo que faltar a su cita dos veces: los dos días que la gripe obligó a la patinadora a guardar cama. "Son demasiadas horas en el frío y claro", reconoce su abnegada madre, que espera cada día durante dos horas a Irina Ríos en la salida de la pista de hielo.

"La primera vez que me puse unos patines fue en una pista de hielo en la Laboral. Tenía 3 años. Luego pasé mucho tiempo sin practicar porque no ponían pista en Gijón hasta que hace cuatro años volvieron a instalar una en la plaza de toros", cuenta la propia Irina sin tan siquiera bajarse de sus patines. Su afición es tal que dos horas al día le parecen poco y no quiere salir de la pista ni para hacer la entrevista.

Gracias a la instalación realizada en El Bibio, Irina descubrió una afición que la llevó por Logroño, Vitoria y hasta Granada. En Andalucía disfrutó este verano de un campamento de patinaje sobre hielo organizado por el olímpico Javier Fernández. Allí conoció además a su entrenadora, Laura Fernández, a la que visita "cuando puedo" en el Valdemoro Ice Team. Y es que la maestría de Irina sobre unos patines podría hacer que incluso llegara a competir aunque eso ella lo ve como algo lejano. De momento lo único que le interesa es salir pronto de sus clases en el San Vicente de Paúl para comer a toda velocidad y poder calzarse los patines a primera hora, cuando hay menos gente en la pista de hielo.

"Patinar es ir deslizándote y la sensación me encanta", concluye. Ríos no quiere acabar esta entrevista, eso sí, sin dejar de agradecer su trabajo a los que hacen posible la pista de hielo y sin dejar de pedir "que se pueda hacer una pista de hielo para todo el año en la ciudad". Gijón podría tener su propia campeona. Sólo es cuestión de ponerle medios. Irina fue una de los muchos niños que ayer disfrutaron de la pista de hielo de El Solarón, un plan perfecto para después de la comida navideña. La mayoría venían en familia: "Venimos todos los años el día de Navidad. Es una tradición", reconocía la gijonesa Mónica Pérez, que acudía a patinar junto a su hermana, su marido y su hijo. "Ya nos habíamos pasado algún día a echar un ojo, pero hoy es el primer día de esta Navidad que nos animamos a ponernos los patines", añadía. También en familia acudieron Francisco Ponce y Gema Formozo, que acudían desde Avilés a Gijón con su hijo, su sobrino y su tío a pasar el día. "Alguno ha salido con el culo muy mojado, pero no nos ha ido del todo mal", reconocía uno de ellos entre risas.

Otros dejaron a sus padres en casa y acudieron con amigos, como Jaime Álvarez, Alejandro Kamuchey, Vidal Castillo y Nacho Baena, todos gijoneses de 13 años. "Yo ya vine el otro día y sólo me caí una vez", afirmaba Jaime, que conocía al resto del cole.