- ¿Qué se ha avanzado en el plan regeneración urbana en el que participaron junto al Colegio de Arquitectos?
-Ahí lo que hicimos fue ver cómo podíamos condicionar la inversión sobre la ciudad con un objetivo claro: qué tipo de ciudad queremos en 2030 y cómo vamos a definir de una manera científica las prioridades de inversión. Con los arquitectos hicimos esa reflexión, dibujamos siete ámbitos que tienen que ver con la sostenibilidad ambiental, eficiencia energética, vulnerabilidad y salud de las personas, y la complejidad urbana en la medida que tienes actividad comercial, residencial e industrial y dibujamos esos siete ámbitos y preparamos la licitación para que el adjudicatario haga los indicadores tanto el plan global como los planes de barrio.
- ¿Qué se va plasmar sobre el papel?
-Esa licitación ocurrirá con presupuesto correspondiente a la modificación presupuestaria de febrero. Y después seguiremos trabajando en la definición del plan. El adjudicatario lo que tiene que hacer son indicadores para ver cómo está la ciudad, cuál es la situación admisible y cuál es la situación ideal en la medida que políticamente seas capaz de lograrlo. La base estructural es el plan general y luego lo que se va a hacer es dar una herramienta para que se puedan hacer los planes de barrio que van por debajo para ver técnicamente qué mejoras son necesarias y cuáles se pueden plantear.
