"Cumplimos los estándares europeos". "El rendimiento es el normal en nuestro contexto". "No todo el que entra, sale. Hay alumnos que no responden a las exigencias del sistema universitario". El director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Juan Carlos Campo, lanza una batería de argumentos para contrarrestar los indicadores académicos que arrojan los estudios de Ingeniería en el Principado: cuatro de cada diez estudiantes dejan la Universidad en los dos primeros años y la tasa de abandono supera, con mucho, la media nacional. No resultan alarmantes, a ojos de los responsables del principal centro de enseñanzas técnicas de la Universidad asturiana, los datos del último informe de la Conferencia de Rectores (CRUE). Recuerda Campo que en el caso de los grados de la rama de Ingeniería los alumnos tienen, "todos", matiza, "la oportunidad de estudiar lo que quieren, no como en Medicina, con mayores restricciones de acceso". Y ahí, "los que llegan hasta el final son muy buenos porque hubo selección durante la titulación", apunta en su argumentación el director de la Politécnica, quien reconoce que esos mismos alumnos acceden "con una base de Matemáticas infinitamente peor que hace años". Es la percepción del cuerpo docente.

Uno de los grupos que "pincha" son quienes acceden desde ciclos de FP, que presentan problemas en Matemáticas y Física porque no lo vieron con la misma profundidad que se les exige en la Universidad. "Aunque llegan muy motivados", resume el director de la Politécnica, quien cita, como anécdota, que no solo alarman los malos resultados, sino también los buenos. Ocurrió cuando un panel de expertos de la Agencia Nacional de Evaluación acudió al centro a realizar la tradicional revisión de sus titulaciones. Uno de los expertos se interesó por una asignatura en la que todos los alumnos se situaban en la horquilla del 7,5 al 8,5. "Ahí la tasa de rendimiento era del cien por ciento", subraya Juan Carlos Campo, quien recuerda que existen grados como el de Tecnologías Industriales donde los estudiantes acceden con más nota que el cinco que, por norma, se exige para estas disciplinas técnicas. "No me alarma el dato", sostiene el director de la Politécnica gijonesa ante el informe de la CRUE. "Tenemos tasas estables desde hace tiempo, no son ni mejores ni peores", comenta ante el 27% del alumnado que logra acabar los estudios de la rama de Ingeniería en el tiempo previsto en la Universidad de Oviedo. "Está certificado que, a mayor nota de acceso, probablemente el rendimiento académico sea mayor", razona en relación al porcentaje próximo al cien por ciento de estudiantes de Ciencias de la Salud que finalizan su titulación en plazo. "En el contexto de la Universidad, o seleccionas en el entrada, como en Medicina, o en la propia titulación", argumenta al tiempo que reconoce que "genera muchísima presión al sistema" cuando se conocen los resultados de rendimiento por asignaturas. Nosotros, indica sobre la realidad de los estudios que representa, "vemos que los alumnos salen con las competencias correctas". No es, prosigue Campo, un problema de finalizar mejor o peor preparados, "hay que analizar los datos sin simplificaciones o análisis banales". Ocurre, en ocasiones, que "nos llega gente con nota baja, no con el 12 que se exige para Medicina, que luego rinden mucho". Debatir si conviene reducir el número de plazas disponibles corresponde "al ámbito político", opina Campo, partidario en todo caso de atender a la demanda de profesionales en el mercado de trabajo pero sin descuidar sus competencias. "No puede ser que el rendimiento sea del cien por ciento. Eso hunde el sistema educativo. Y exigir una nota alta al inicio no es garantía plena de éxito", concluye.

Demanda digital

Entre tanto, un informe de la Comisión Europea revela la necesidad de mejorar las habilidades de los ciudadanos para sacar el máximo provecho de la economía digital. En 2013 se estimaba que un millón de puestos de trabajo no se cubrirían por falta de personal capacitado para ello. Y la revolución de Internet y los avances tecnológicos no muestran ninguna señal de desaceleración. La era digital demanda nuevas habilidades para sobrevivir y salir adelante en el lugar de trabajo moderno. La demanda de profesionales digitales competentes en todos los sectores económicos sigue creciendo y está superando la oferta.

Como sector, las TIC crecen rápidamente y crean alrededor de 120.000 nuevos puestos de trabajo cada año, recuerda el decano del Colegio de Ingenieros Informáticos del Principado, José García Fanjul, tomando como base los datos de la UE. A pesar del alto desempleo juvenil, Europa se enfrenta a una escasez de hasta 900.000 trabajadores cualificados en las TIC hasta 2020.