La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ingeniería, la fórmula del éxito

Los profesionales atribuyen a la "estadística" el bajo rendimiento de los ingenieros: "No es un fracaso, ni académico ni personal, cambiar de disciplina", aducen | La ausencia de paro confirma el buen momento de los estudios, señalan los responsables colegiales, que ven al nuevo alumnado más inmaduro y perdido

Ingeniería, la fórmula del éxito

¿Es la ingeniería una profesión de futuro? ¿Qué impacto tiene en el tejido industrial de la región? ¿Salen bien preparados nuestros jóvenes de la Universidad? Estas fueron algunas de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa en la primera de las Tertulias de Fomento que inaugura LA NUEVA ESPAÑA de Gijón y que reunió a Santiago Cuervo, director gerente del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales del Principado de Asturias; el catedrático Fernando Las-Heras Andrés, presidente de la Asociación y Colegio de Ingenieros de Telecomunicación del Principado; José García Fanjul, decano del Colegio Oficial de Ingenieros en Informática del Principado y Juan Carlos Campo, director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Disculpó su ausencia por motivos de agenda la vicerrectora de Acción Transversal y Relaciones con la Empresa, Eugenia Suárez Serrano.

Empleabilidad. "Los ingenieros industriales nos encontramos en un momento fantástico", sostiene Santiago Cuervo, director gerente del colegio profesional del ramo. "Nuestros 2.200 colegiados están quedando bien en las empresas, se puede hablar de pleno empleo", asegura. Con él coincide, Juan Carlos Campo, director de la Politécnica de Gijón: "A escala internacional estamos en un momento de necesidad de ingenieros. Faltan profesionales STEM y donde se esperan novedades es en los campos de movilidad, medicina, energía y comunicaciones. Habrá que ver cómo atraer personas a ese contexto". Fernando Las-Heras, representante de los ingenieros de Telecomunicación en la tertulia organizada por este diario, convino en señalar que en su disciplina "hay paro técnico cero". Fruto de ese éxito, especificó, "la última hornada de másteres se encuentra bien colocada. Prácticamente no hay nadie en 'teleco' que no pueda trabajar de lo suyo aunque cada vez más, en las carreras técnicas hay una mayor necesidad de adaptabilidad a tecnologías cambiantes ". Como sectores de futuro se refirió al coche eléctrico, la medicina, energía y comunicaciones. A José García Fanjul, decano del Colegio de Ingenieros en Informática, le preocupa que pese a que desde hace muchos años en su disciplina disfrutan de casi pleno empleo, la realidad es que un 40% de las empresas TIC de la Unión Europa que buscan profesionales para sus plantillas "no encuentran el perfil adecuado". La razón, aduce García Fanjul, es que hace falta que salgan más titulados para cubrir las necesidades del mercado laboral.

Titulaciones. Juan Carlos Campo sostiene desde la parte académica que resulta "peligroso" adaptar la oferta actual de titulaciones a las necesidades del mercado laboral. "Cada vez es más importante la formación continua", asevera al tiempo que recuerda las palabras de Ortega sobre la misión de la Universidad: conceder una formación superior al hombre medio, hacerle más culto a la altura de su tiempo y formar buenos profesionales. Fernando Las-Heras agrega una condición más: "Competencias transversales como liderazgo y trabajo en equipo". Y recuerda la importancia de una formación continua "a lo largo de toda la vida" sustentada por la industria, la Universidad y los colegios profesionales. "En el mundo anglosajón", detalla el representante de los ingenieros de Telecomunicación en el Principado, "la gente se recicla con posgrados científicos a etapas más tardías". Lo fundamental, a juicio de Fernando Las-Heras, es contar con perfiles básicos sólidos que luego sean muy adaptables.

Entre los ingenieros informáticos José García Fanjul aboga por la "adaptabilidad" más que por la especialización de los títulos académicos. "Una persona que se forma en la Universidad debe tener una base sólida y luego ya se especializará en la tecnología correspondiente", explica.

Las nuevas generaciones. Hay dos características en las que coinciden los representantes de los colegios profesionales y los responsables académicos: la falta de madurez de las nuevas generaciones y el exceso de información al que se enfrentan para tomar una decisión. Santiago Cuervo reconoce que los chavales llegan a la Universidad "un tanto perdidos, como todos, pero hay un cambio brusco a medida que se van formando como profesionales cualificados". Juan Carlos Campo coincide con él en la gran diferencia que existe entre los chavales que entran y los que finalizan con un posgrado su formación universitaria. "Cuando un alumno de máster va a la empresa les decimos que se llevan a la crème de la créme", sostiene el director del centro universitario. No obstante, Campo reconoce que en un momento en que existe "una información exagerada" a la hora de tomar una decisión sobre los estudios a realizar "nunca les costó tanto decidir como ahora". Y agrega una circunstancia inesperada, el hecho de que a muchos alumnos les formalicen la matrícula sus padres. "La decisión final de los estudios a elegir es un tanto banal, lo atribuyo a una cierta inmadurez", concluye.

"A lo mejor es dañina tanta información", apunta, por su parte, Fernando Las-Heras, "es difícil sustraer información verdadera de entre todo lo que hay". En 'teleco', por ejemplo, hoy no se entiende tanto esta denominación, "quizá sería mejor usar Internet de las Cosas, o tecnología 5G, eso facilitaría el entendimiento de lo que son estos estudios", asevera el representante de los estudios de Telecomunicación.

Para José García Fanjul uno de los errores antes de la Universidad es la inexistencia de formación en competencias digitales. "No ve la Informática ni en Primaria, ni en Infantil, ni en Secundaria", sostiene el decano de los Informáticos del Principado.

Las nuevas competencias profesionales. Santiago Cuervo recuerda que, además de una base científica, se da por hecho que los idiomas son fundamentales en un mercado global. "También el trabajo en equipo y todas aquellas acciones que impliquen adaptarse a dinámicas de equipo", defiende el director gerente del Colegio de Industriales.

Campo recuerda un cartel que da la bienvenida a las instalaciones de Arcelor: "Somos buenas personas". Eso es lo que quieren de los ingenieros que salen de la Politécnica. "Salvo de los departamentos de I+D, que buscan los mejores expedientes académicos, el resto esperan personas que hayan realizado un gran esfuerzo pero que cuenten también con otras habilidades sociales como proactividad, iniciativa, capacidad de trabajar en equipo, ser comunicativo, tener inquietudes... La Universidad no se centra en nada de eso pero en la Escuela hay un montón de oportunidades para cultivarlas", sostiene Campo, en alusión al club de debate, el club de cine, los equipos de Motostudent y Fórmula Student.

García Fanjul recuerda que entre las habilidades deficitarias entre los ingenieros informáticos se encuentra la de comunicarse en público y ser capaces de conectar con el cliente. "Convendría un refuerzo de las 'soft skills', que fueran evaluables", indica. Campo comparte idéntica visión. "También es importante una asignatura metodológica de comunicación oral. En otros países se nota mucho la diferencia, aquí tenemos una cultura de la evaluación escrita", apunta Fernando Las-Heras. "La empresa demanda líderes digitales", anuncia Santiago Cuervo en referencia a la necesidad de atender hacia las nuevas competencias tecnológicas. "No consiste en saber programar sino moverse en las nuevas tecnologías: cloud computing, Internet de las cosas, blockchain...", afirma. García Fanjul recuerda que ya el Foro Económico y Mundial advirtió de que la transformación digital liderará la transformación de los puestos de trabajo en el nuevo milenio. "Los profesionales tenemos que adaptarnos", insta el decano del Colegio de Ingenieros Informáticos.

Los requisitos de la industria. Juan Carlos Campo tiene claro que "la Universidad debe ir por delante de la industria y convertirse en motor de innovación social". La ingeniería, añade, es un sector que sufre transformaciones rápidas y la configuración de los planes de estudio es rígida. Por eso, reclama, "conviene simplificar procedimientos". El director de la Politécnica aboga por contar con una importante base investigadora para que una Universidad sea moderna pero también sería bueno, argumenta, "avanzar en la flexibilización de la oferta formativa. Hay que tener mecanismos flexibles que permitan poner o quitar", dice sobre las nuevas titulaciones. En un mercado cada vez más competitivo, continúa en su intervención, las empresas trabajan en mercados globales, "esa competencia se acentuará en los próximos años y conviene contar con los mecanismos necesarios para adaptarse", concluye el director de la Escuela con mayor número de alumnos de la Universidad de Oviedo.

Rendimiento. ¿Fracasan más que otros estudiantes los ingenieros? Es la pregunta sobre la mesa. Y al otro lado, una respuesta unánime: "Desde el punto de vista de la estadística un alumno fracasado es el que no acaba los estudios pero nosotros no consideramos un fracaso que decida cambiar de ingeniería, como ocurre a veces". García Fanjul advierte de una circunstancia: "En Informática consiguen empleo antes de acabar la Universidad". Las-Heras cree que existe "una distorsión" por ese empleo temprano, "es fracaso estadístico cuando en lo profesional y en lo personal no es tal". A Campo le preocupa más que se "simplifiquen" las cifras. "Lo anormal e incomprensible sería que nuestro rendimiento fuera del 90%", afirma, "en la Escuela entran alumnos de 5 y la probabilidad de fracaso es mayor que la de los de 12 pero tienen una oportunidad que no existe en otras titulaciones". Al Colegio de Informáticos llegan ofertas de empleo de alumnos que sin terminar los estudios montaron su empresa.

Compartir el artículo

stats