La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

DANIEL SUÁREZ | CEO de Zapiens, dio ayer una charla en el Parque Científico Tecnológico de Gijón

"El mundo ahora va de talento, no de dinero, y en Asturias somos un referente"

"Los trabajos cambiarán cada vez más, y si no eres un apasionado de lo que haces, terminarás siendo un mediocre y las máquinas te sustituirán"

Daniel Suárez, ayer, durante su charla en Gijón. JUAN PLAZA

El atrevimiento hizo a Daniel Suárez Sánchez (Somiedo, 1980) reconvertirse de economista a emprendedor digital. La valentía le hizo crear una empresa, ahora llamada Zapiens, que trabaja para las grandes multinacionales. Y la osadía le llevó a decir no a Google para seguir creciendo de forma sostenible, como creyó que tenía que hacerlo. Ayer dio en Gijón una charla sobre ecosistemas de conocimiento, donde introdujo a los presentes el concepto de "Econología".

- ¿Qué es la "Econología"?

-Es una especialización de la Economía que trata de la gestión del conocimiento. Llevo bastantes años trabajando en ello y estamos creando una cátedra. Busca la gestión del conocimiento en la casa. Proponemos que, para gestionar las casas, es fundamental conocerlas bien ya que lo más importante a gestionar en una casa es el conocimiento, lo intangible, lo que no se toca. Trabajamos con las empresas para que conozcan a su propio equipo, su organización y que así aprendan a gestionarla. No puedes gestionar aquello que no conoces.

- ¿Nos vamos a ver todos obligados a realizar una reconversión tecnológica como usted?

-No, no creo que todos. Yo estudié economía y al dirigir una empresa tecnológica trabajo con inteligencia artificial, robótica, big data, interpretación del lenguaje natural? Pero aquí en Somiedo hay mucha gente que vive muy feliz, con la huerta y sus vacas. Ahora bien, la tecnología está ahí para utilizarla. Más que un "tengo que", una obligación, es un "si me apetece".

- ¿Qué le falta a Asturias para ser un referente?

-Yo creo que nada, ya lo somos. Estamos haciendo cosas súper innovadoras. Lo único que tenemos que hacer es continuar trabajando como hasta ahora, cooperando y, sobre todo, seguir creyéndonoslo. Tenemos que creernos que tenemos muchísimo potencial y muchísimo talento. El mundo ahora va de talento, no de dinero. En Asturias tenemos geniales ingenieros, informáticos, matemáticos, filósofos? Un talento a raudales que estamos explotando. El reto es conseguir que todo ese talento se quede aquí e incluso traer talento de fuera. Es un orgullo para nosotros poder trabajar desde aquí a nivel mundial.

- ¿Es el emprendimiento tecnológico una burbuja?

-¿Algo que no es real, artificial, que puede explotar? Yo creo que es todo lo contrario. Está en el móvil, las aplicaciones que usamos cada día, en todos los lados. Luego habrá empresas que puedan ir bien o mal, pero es una realidad absoluta.

- ¿Hemos superado ya al homo sapiens? ¿Somos ya ese homo tecnológicus?

-Sí. Es un momento muy bonito. Estamos justo en esa transición. No sé si somos ya el homo tecnológicus, pero seguro que somos un homo sapiens con las capacidades ampliadas. El reto es precisamente abrazar a la nueva tecnología teniendo los pies en la tierra.

- ¿En clave de qué se escribe el futuro?

-En clave de personas, de filosofía, de emociones, de amor, de cooperación. Eso es lo importante. La tecnología es secundaria, no deja de ser el conocimiento de las técnicas. Desde que un mono coge un palo, todos somos tecnólogos. Y como monos que evolucionamos, vamos desarrollando nuevas herramientas frente a problemas que tengamos. Lo llevamos haciendo así miles de años, no es nada nuevo.

- ¿Entonces los robots nunca llegarán a sustituirnos como muchos temen?

-Todo lo contrario. Las personas tenemos dos emociones básicas: amor y miedo. El miedo genera defensas y protecciones. La gente lleva años teniendo robots en casa, como una lavadora, un microondas o la olla exprés en la que hacen les fabes y nunca se los han comido. No podemos tener miedo porque hace que nos cerremos y dejemos de progresar y avanzar.

- ¿Qué parte de culpa tiene la suerte en el éxito? ¿Cuántas Zapiens se habrán quedado por el camino por falta de suerte?

-Como economista que soy, siempre hablo de la estadística. De cada 100 Zapiens que nacemos, 95 mueren. Hoy estamos en el año 4 de la empresa y tenemos un 50% de probabilidades de muerte. Como seres vivos que somos las empresas, hay que entender que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Y la muerte forma parte de algo normal, no tenemos que hacer de ello un estigma o un fracaso. Lo importante es no tener miedo a que una empresa quiebre, si no disfrutar cada día y así tendremos menos posibilidades de quiebra.

- ¿Cómo de importante es la formación?

-La formación no es importante. No se ha de conformar el cerebro de nadie. Lo importante es elegir libertad y aquello que te apasiona. Hay que huir del concepto preestablecido de "voy a estudiar esto porque tiene muchas salidas". Si haces lo que te apasiona, siempre irás hacia adelante y encontrarás camino. Los trabajos cada vez cambiarán más y si no eres un apasionado de lo que haces, al final terminarás siendo un mediocre. Y ahí es donde tendrás un problema con las máquinas, que sí que te podrán sustituir.

- ¿Hacia dónde va su futuro y el de Zapiens?

-Estos tres meses, mi futuro está en Somiedo y los próximos seis en San Francisco. Es todo lo que le puedo decir. El futuro de la empresa está en crear una fundación en Somiedo para hacer un núcleo de gestión del conocimiento en Asturias. Mientras, iré a Estados Unidos a abrir mercado, donde ya tenemos clientes esperándonos y grandes empresas que nos han invitado a colaborar con ellas.

Compartir el artículo

stats