Proyecto Hombre está viviendo una suerte de "refundación" tres décadas después de su puesta en marcha para adaptarse a los nuevos retos y necesidades de la sociedad. En esta dinámica, y con un peso creciente de las actividades de educación y prevención, la entidad busca un local para dispensar una atención especializada y diferenciada a los jóvenes y menores (y sus familias) del programa "Reciella" en la ciudad de Gijón. Así lo señala el nuevo director de Proyecto Hombre, Julio Jonte, ante "una demanda al alza de la atención a los nuevos perfiles".
De hecho el programa de prevención indicada "Reciella" ya funciona en la ciudad, y el año pasado se dispensó algún tipo de atención a cerca de 70 jóvenes y menores y sus familias. Pero de lo que se trata ahora es de "buscar un nuevo local para diferenciar físicamente a los chavales de los usuarios adultos", toda vez que el actual edificio no fue concebido para la gente más joven y "buscamos un entorno más amable para ellos", apunta Jonte. Para ello Proyecto Hombre ya está trabajando en la búsqueda de un espacio, un local "no muy lejos de esta zona, porque estamos en una ubicación que resulta de fácil acceso a quienes recurren a nosotros, y para facilitar también el desplazamiento de los equipos desde nuestra sede", señala, pero que sí tenga la autonomía de funcionamiento suficiente como para prestar un servicio lo más eficiente posible en este sector de la población.
La entidad ha visto cómo los menores y jóvenes han aumentado de forma llamativa en sus consultas en los últimos dos años, tanto en Gijón como , con un global de unas 230 personas atendidas, y de ahí la necesidad de "extender un programa que nació en Oviedo y que dada la alta afluencia tuvo que abrir sede también en Mieres", recuerda el nuevo director. En la actualidad en Gijón incluso se está generando lista de espera, algo que "no vamos a permitir porque nuestra filosofía es la de atender a todo el que necesite de nosotros", y de ahí la urgencia de contar con nuevos locales para que los más jóvenes tengan su propio espacio de intervención, que facilite la puesta en marcha de programas de orientación y prevención.
El perfil de los chicos que llegan a Proyecto Hombre es el de chavales en situación de riesgo por un abuso o un mal uso de sustancias como el alcohol, el cannabis y últimamente, lo que los técnicos denominan "problemáticas sin sustancia", asociados al abuso o al uso incorrecto de las nuevas tecnologías, que a su vez llevan a escenarios de problemas de comportamiento que empiezan a preocupar cada vez más a las familias y a los expertos.
En realidad las situaciones de riesgo son "más complejas de lo que puede parecer y suelen ir en conjunto varias de ellas", sostiene Julio Jonte. Es decir, el uso de sustancias puede ir ligado a un abuso de la tecnología, y a su vez esa dinámica genera más aislamiento social y más uso de sustancias. "Se suele retroalimentar, y por eso nos preocupa y nos urge estudiar estos nuevos problemas desde un ámbito global, llevando a la reflexión a todos los actores implicados", subraya el director de Proyecto Hombre.
En este sentido, los problemas de estos chicos "tienen variabilidad: pueden ser dificultades en primer lugar por uso y luego por abuso", recuerda el responsable, por lo que de lo que se trata en "Reciella" es de que aprendan a regular esas situaciones y emprendan un proceso de aprendizaje de habilidades sociales, "de manejo de en el manejo de su toma de decisión". En todo caso, el hecho de que los jóvenes acudan con estos problemas a Proyecto Hombre no quiere decir que todos ellos puedan acabar con una adicción, pero "presentan ya problemáticas que les afectan al desarrollo normal de su vida: conflictividad familiar, escolar, social y si se interviene rápido y con sus familias podemos reconducir esa situación en riesgo", reflexiona Julio Jonte. La educación en el entorno escolar es vista ya por la sociedad, de hecho, como la herramienta más útil en este sentido.
