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José Arias: " 'El Dorado' es para mí lo contrario del oro y la fama"

El artista gijonés, que hace una lectura de la leyenda opuesta a la clásica, inaugura una exposición con obras de los dos últimos años

José Arias, ayer, en la galería Cornión, con las obras de su nueva exposición. MARCOS LEÓN

Toda aventura estética que merece la pena es también la de una búsqueda incesante de la vibración propia. Es algo que sabe desde hace tiempo el artista gijonés José Arias (1953), que inaugura hoy exposición en la recién ampliada galería Cornión. Una muestra para la que el pintor ha elegido un título coherente con la elección del pigmento que signa esta entrega. Y con el que también quiere darle una vuelta de interpretación a la conocida leyenda de la conquista española de América, la de El Dorado, sobre la que escribieron, entre otros, Ramón J. Sender.

El escritor relata en su novela "La aventura equinoccial de López de Aguirre", que tiene doble versión cinematográfica (las de Werner Herzog y Carlos Saura), la malhadada expedición de Pedro de Ursúa por el Amazonas en busca de El Dorado. "Para mí es lo contrario del oro, del dinero, de la fama, del prestigio, o sea, lo opuesto a lo que pensaban Aguirre y compañía", explica José Arias. Son cuadros de los dos últimos años.

Es uno de los autores importantes del arte contemporáneo asturiano y uno de los pintores fieles a la galería de Amador Fernández Carnero, tanto en la anterior etapa de la sala como en la nueva travesía. Y es un veterano que expuso por primera vez en 1974. Hay obras suyas, por ejemplo, en el Museo de Bellas Artes de Asturias y ha participado en varias ferias internacionales.

¿Qué es entonces El Dorado para José Arias? "Pues exactamente lo opuesto a lo que se suele pensar. Es la búsqueda de uno mismo y también un camino hacia los demás", responde. Podría ser, en este sentido, uno de los nombres de la actividad artística. El pintor ha escrito una línea en la presentación de esta muestra en la que afirma que el arte es "comunicación, anhelo de transparencia, deseo de encuentro". Y piensa, además, que nada de todo eso es posible sin amor. Reúne cerca de una treintena de acrílicos, tinta y barniz sobre tabla en los que vuelve a sus espacios litorales; también a los árboles que dejan ver el bosque. "Está ese uso del color dorado. Y, además, creo que hay mayor cromatismo en estas obras", hace resaltar el pintor. Es un cultivador, asimismo, del azar y el hallazgo mediante la técnica del vertido, una de sus marcas de estilo. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 16 de marzo.

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