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Por la izquierda, Antonio Pérez Carrasco, Álvaro Aguirre Presa y Fernando Mogica Muñoz, tripulantes del barco "Dreamland", a su llegada a Palma.MANU MIELNIEZUK / LORENZO MARINA / DIARIO DE MALLORCA

Regreso del "Dreamland", el barco perdido

El patrón gijonés dice que fue a Italia por un tripulante con cáncer

Álvaro Aguirre regresó el viernes al puerto de Palma y luego declaró ante la Guardia Civil, que registró el barco con perros

Los tres tripulantes del "Dreamland" -el barco dirigido por el patrón gijonés Álvaro Aguirre Presa que desapareció en aguas italianas para luego reaparecer misteriosamente- ya están de vuelta en Palma. Su llegada el pasado fin de semana no aclaró los múltiples misterios de esta singladura en la que aseguraron dirigirse a Ibiza y aparecieron un mes más tarde en el puerto de Siracusa.

Una fuerte tempestad al sur de Mallorca que supuestamente les trasladó directamente a más de 1.000 kilómetros de distancia hasta alcanzar la isla de Sicilia. Esta fue la explicación que aportó el gijonés Álvaro Aguirre Presa, de 67 años, tras acercarse al velero "Dreamland" para recoger sus pertenencias. "Nos sorprendió a 30 millas al sureste de Mallorca y corrimos el temporal para no volcar", argumenta el patrón del velero.

La embarcación llegó a Palma poco antes de la medianoche del viernes. Cuando estaban entrando en la Bahía de Palma, anunciaron su llegada con una llamada telefónica a la empresa que les había alquilado el barco. Hasta las cinco de la madrugada del domingo, los tres tripulantes permanecieron en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil prestando declaración sobre la supuesta motivación de su viaje.

El arrendamiento se materializó el pasado 4 de enero. Solo podían navegar por Baleares, como establecía el contrato. No regresaron el 15 de enero como habían firmado y aparecieron hace unas semanas en el puerto siciliano de Siracusa. Un halo de misterio rodea la extraña singladura.

Pese a que habían estampado su firma en el contrato y aseguraban que se dirigían a Ibiza, su destino fue bien distinto. En lugar de a las Pitiusas se dirigieron hacia Italia, contraviniendo lo estipulado, hasta recalar en Sicilia.

El patrón del barco, Álvaro Aguirre Presa, era muy experimentado. Buena prueba de ello es que había trabajado más de siete años en Salvamento Marítimo. A pesar de ello, omitió supuestamente mirar las condiciones del mar antes de zarpar.

Cuando llegaron a puerto, los tripulantes se percataron de que tenían que hacer frente a una multa de 7.300 euros para correr con los gastos de la entrega tardía de la embarcación y los daños y perjuicios ocasionados al propietario. "Le hemos entregado 3.000 y ahora vamos al banco para pagar lo que falta", resaltaron.

La Guardia Civil, por su parte, escudriñó todos los rincones del velero "Dreamland" para tratar de esclarecer si había oculto algún vestigio que arrojara algo de luz sobre el motivo de la travesía. Los agentes utilizaron perros adiestrados para olfatear todos los rincones.

La supuesta motivación para esta singladura era para acompañar a uno de los tripulantes "que le habían detectado un cáncer en la garganta", indicaron. De acuerdo con su testimonio, la travesía habría sido una suerte de despedida jalonada por numerosos interrogantes, que siguen sin tener respuesta.

Su comportamiento fue inexplicable para afrontar el temporal en el que aseguraban haberse visto inmersos. Buena prueba de ello es que no activaron la radiobaliza, con la que va equipada esta embarcación, prevista para estas ocasiones de mala mar. "Nos habían cobrado una multa de 18.000 euros", espetaron, pese a que su activación en una tempestad estaría plenamente justificada.

"Mienten todo el tiempo"

Su nula comunicación durante la prolongada singladura contribuyó a avivar los interrogantes. De hecho, su supuesto infortunio no tenía parangón. Hasta el punto de que aseguraban haber perdido los teléfonos móviles y un carísimo sistema satelital "al arrastrarnos una ola".

El propietario de la embarcación, José María Jiménez, también se personó en el muelle de La Lonja el día de llegada y se topó con los tres tripulantes que le alquilaron la embarcación a principios de enero y se la devolvieron la noche del viernes. "Han mentido todo el tiempo", aseguró.

Los investigadores del Instituto Armado prosiguen con una exhaustiva investigación de la embarcación para tratar de esclarecer los motivos de la extraña singladura.

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