Un vecino de Gijón de 55 años se sentará esta semana en el banquillo de los acusados por haber abusado sexualmente de una joven de 23 años con la que mantuvo relaciones sexuales sin el consentimiento de su víctima, aprovechando que ella estaba con sus capacidades mermadas por la ingesta de alcohol y cocaína. La Fiscalía exige por ello una condena de seis años de cárcel, otros tantos de libertad vigilada y el pago de una indemnización de 2.000 euros por los daños morales. El juicio se celebrará este miércoles en la sección octava de la Audiencia Provincial.

El relato de hechos por el que acusa el Ministerio Fiscal sostiene que el procesado, nacido en 1963, estuvo tomando copas en diferentes establecimientos de hostelería de Oviedo con su víctima, de 23 años. Era la madrugada del 9 de mayo de 2017.

Víctima y acusado decidieron en un momento dado desplazarse hasta Gijón. Llegaron sobre las diez de la mañana -ya del día siguiente- y estuvieron juntos hasta la una del mediodía, tomando más copas en otros locales de la ciudad. En ese tiempo, y según el fiscal, el procesado le fue suministrando cocaína y cannabis a la joven, lo que provocó que ella comenzase a encontrarse mal por la mezcla de alcohol y drogas durante varias horas. "El procesado consiguió que la mujer, aturdida por los efectos del consumo, accediera a acompañarle a su domicilio", explica el fiscal en su calificación provisional.

La pareja llegó al domicilio en cuestión entre las cinco y las seis de la tarde. Una vez en la habitación del encausado, la mujer llegó a perder el conocimiento. Fue ese hecho el que aprovechó el acusado para mantener relaciones sexuales completas con ella, que estaba en estado inconsciente y sin poder impedirlo. Luego, ella despertó sobre las ocho de la tarde en la cama. Estaba desnuda. Justo después él la llevó al baño y la duchó, pero ella no recordaba nada de lo ocurrido en casa de su acompañante. Tras la ducha, se volvió a dormir hasta las diez de la noche y luego se fue de allí, en compañía del acusado.

La mujer recibió atención sanitaria en el Hospital de Cabueñes, pues presentaba una pequeña erosión en un el labio mayor derecho.

Educación sexual

El Fiscal, además de la pena de prisión, exige para el procesado otros seis años de libertad vigilada que incluya la prohibición de acercarse a su víctima a menos de 200 metros -ni a comunicarse con ella- y a participar en programas formativos de educación sexual durante seis años.