Un ciudadano de origen marroquí y 31 años ha sido condenado a dos años de cárcel por un delito contra la salud pública después de ser sorprendido cuando transportaba casi tres kilos de hachís desde Barcelona hasta Gijón en autobús. La sentencia, contra la que cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, le obliga además al pago de una multa de 16.830 euros.
Los hechos descritos ocurrieron el pasado 6 de noviembre de 2018. Este individuo, sin antecedentes penales y que ya cumplía prisión preventiva desde que fue detenido, viajaba en un autobús desde Barcelona con destino a Gijón portando una gran cantidad de estupefacientes en su maleta. Todo iba bien en el viaje hasta que, a la altura de Zaragoza, un control rutinario de la Guardia Civil -de carácter preventivo contra el tráfico de drogas- ordenó al conductor del autobús que se detuviese.
Los agentes de la Benemérita, con ayuda de los perros del servicio cinológico, revisaron el equipaje de los pasajeros, tanto dentro del autobús como en el maletero del vehículo. Uno de los canes señaló una maleta que, subida a la parte de arriba del autobús, el procesado reconoció como suya. "Una vez que los agentes procedieron a inspeccionar y abrir la maleta, interceptaron en la misma una caja con seis paquetes envueltos en papel film transparente, de diferentes tamaños y formas, fraccionados a su vez en 23 tabletas y 50 porciones o bellotas".
La sustancia aprehendida resultó ser resina de cannabis, conocida como hachís. En concreto, "un peso total de 2.805,45 gramos e iba a ser destinada a su venta, siendo que su valor en el mercado ilícito es de 16.830 euros, a razón de seis euros el gramo". En el cacheo pertinente también se le intervino un móvil y 60 euros.
Rebaja de condena
Tras prestar declaración en el juzgado se decretó su ingreso provisional en prisión. En el Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza, tras el juicio, le condenaron a tres años y un día de cárcel y el pago de una multa de 16.830 euros. No obstante, el perjudicado recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial de Zaragoza, cuya sección primera le ha rebajado la condena en un año de cárcel al entender que el delito de tráfico de drogas fue de sustancias que no causan grave daño a la salud.
