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El primer servicio de pigmentación mamaria en Asturias se pone en marcha en Cruz Roja

El hospital reconstruirá a partir de la semana que viene las areolas y pezones de mujeres que han sufrido una mastectomía por cáncer

El Hospital de Cruz Roja será el primero de la región en implementar el servicio de micropigmentación mamaria para mujeres que han sobrevivido a un cáncer de pecho. La técnica, similar a la de los tatuajes, consiste en redibujar la areola y el pezón de la mama y supone el último eslabón en el proceso de reconstrucción y recuperación de la paciente. Sanidad había anunciado en noviembre del año pasado que el servicio pasaría a tener cobertura pública y el gerente del hospital gijonés, Leopoldo Álvarez, había reconocido a las pocas semanas que su intención era incorporar la técnica a corto plazo. El servicio se inaugurará oficialmente el próximo viernes con tres pacientes citadas.

La encargada del programa es Eva González, enfermera del área de Cirugía Plástica del hospital, que tuvo la oportunidad de aprender la novedosa técnica en el centro madrileño Ramón y Cajal, experto y referente nacional en técnicas de micropigmentación. "Llevamos varios años con la firme intención de poder hacer esto. Los profesionales de Ramón y Cajal fueron los primeros de España en incorporar el servicio; tienen unos diez años de experiencia. No solo se ofrecieron a enseñarme cómo trabajan durante una semana, sino que vendrán a Gijón el día 15 para ayudarnos en nuestro primer día de servicio. Nos han ayudado mucho a agilizar el proyecto", agradece.

La denominada técnica de micropigmentación mamaria es, a grandes rasgos, similar a la del tatuaje. Consiste en dibujar el contorno de la areola y del pezón de la mama con un dermógrafo que sitúa un pigmento inorgánico en las capas más superiores de la piel: la epidermis. Esto hace que el diseño, además de ser hiperrealista (juega con la perspectiva para que el resultado tenga un aspecto tridimensional), no sea permanente. "La idea es que a los dos o tres años se pueda hacer una revisión y retocar lo que sea necesario", matiza González. Esto también permite adecuar la forma del pezón a los cambios naturales del cuerpo y los desplazamientos que la propia mama realiza con los años. "Es importante situar el pigmento en las parte de la piel que antes se regenera, además, porque muchas mujeres con implantes tienen que sustituirlos a los pocos años, así que el dibujo que hacemos en las primeras sesiones puede no resultar natural tras las siguientes operaciones", explica la experta.

El próximo viernes Cruz Roja atenderá a las primeras tres mujeres citadas, que ya han superado sus respectivas consultas de evaluación. "Revisaremos a todas las pacientes antes de aplicar la micropigmentación. Es necesario descartar posibles casos de alergias, aunque el riesgo es muy bajo, y repasar los historiales clínicos uno por uno. Todo eso también formará parte de nuestra labor a partir de ahora", concreta González, que asegura que sus primeras pacientes están "muy ilusionadas" con su cita. "En el hospital llevamos el seguimiento postquirúrgico de las mujeres que se someten a un reconstrucción mamaria y nos encontramos con que muchas siguen diciendo que no se reconocen a sí mismas, que dejan de ir al gimnasio o a la piscina y que a veces rechazan tener encuentros íntimos por vergüenza. Su autoestima no se acaba de restaurar hasta que no ven su pecho totalmente reconstruido", resume.

"Muy frecuente"

Pese a que el convenio de este año de Cruz Roja con el Sespa ya incluye un presupuesto de 25.000 euros para realizar diez de estas intervenciones, Álvarez aún no se atreve a estimar a cuántas pacientes podrá atender a lo largo del año. "Se ha puesto una cifra estimada pero no sabemos cuántos casos se nos derivarán. También dependemos de si otros hospitales incorporan este año el servicio", comenta. Al ser el único hospital de Asturias que realiza la técnica (aunque se cree que en el HUCA se están dando los primeros pasos para sumarse al proyecto), el gerente tampoco descarta acoger a pacientes de otras áreas sanitarias. De momento, no obstante, se centrarán en las mujeres que sus oncólogos y los del Hospital de Cabueñes les envíen. "Lo que sí parece claro es que la micropigmentación mamaria empezará a ser cada vez más frecuente. Las mujeres demandan un resultado cada vez más natural y este es el último paso para conseguirlo. Este tipo de cáncer es muy frecuente y tiene tasas de supervivencia muy altas, así que las interesadas no pararán de crecer", añade la enfermera.

En cuanto a los plazos, González explica que el rediseño de la areola y el pezón se puede implementar cuando pasen cinco o seis meses desde la última intervención quirúrgica en la paciente, aunque algunas semanas antes se podrán empezar a pasar las consultas de revisión y de descarte de contraindicaciones. El primer dibujo se realizará en dos sesiones (que duran entre una hora y 45 minutos, dependiendo si la reconstrucción es unilateral o bilateral) con un mes de intervalo entre ambas. Es una técnica "sencilla", según la enfermera, y no precisa de estancia hospitalaria. "Se realizará en consulta ambulatoria y bajo anestesia local tópica", matiza. Todos los pigmentos utilizados, además, estarán testados dermatológicamente para que puedan ser depositados en pieles que, tras procesos de radioterapia y cirugías, suelen ser más sensibles y presentar alguna cicatriz. "En principio el riesgo de que surja alguna complicación de alergia, descamación o infección es inferior al 2% y en las publicaciones científicas sobre esta técnica no se ha detectado ningún caso de pérdida de implante. Tiene muchas garantías", sentencia.

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