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ANIA PÉREZ DE MADRID | Trabajadora social de la asociación madrileña Aire

"Las mujeres sin hogar están expuestas a vejaciones y abusos"

"Hay víctimas de violencia de género y trata sexual que acabaron en la calle para huir de su situación"

Ania Pérez de Madrid, ayer, en la Laboral. JUAN PLAZA

Ania Pérez de Madrid, trabajadora social en la Asociación Aire, considera que la atención a personas sin hogar funciona a base de "parche" que, a la larga, no solucionan el problema. Apuesta, como empleada en el ayuntamiento madrileño, por un programa integral que parta del cuidado de la salud mental (muchos afectados han sufrido episodios traumáticos) y culmine devolviendo a cada usuarios su autonomía. Ayer alertó, junto a su compañera Carmen Belchí en las jornadas del Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias (celebradas en La Laboral), de la creciente presencia de mujeres cada vez más jóvenes y víctimas de trata durmiendo a la intemperie.

- ¿Una mujer sin hogar se enfrenta a más peligros que un hombre?

-Para nosotros sí. En la calle la mujer está expuesta a agresiones físicas y vejaciones, como los hombres, pero también a agresiones sexuales y a tener que aceptar compañías que no le convienen.

- ¿En qué sentido?

-Muchas mujeres encuentran a algún hombre que, aunque abusa de ellas, sienten que les protege. Acaban por llegar a la conclusión de que prefieren que abusen de ellas uno y no diecisiete.

- ¿Cómo se afronta la reinserción de estos colectivos?

-Las que nosotros atendemos son mujeres que ya han tenido trato con otras redes de ayuda, como albergues y comedores, porque llevan en una situación de inestabilidad residencial diez o quince años. Como ninguno de esos recursos las ha ayudado a salir de la calle se han hecho a la idea de que nadie las puede ayudar realmente.

- ¿Y el enfoque de la asociación cuál es?

-Creemos que la violencia es en muchos casos la razón por la que la afectada está en la calle. Vemos casos de víctimas de violencia de género y trata sexual que duermen a la intemperie porque tuvieron que escapar. Apostamos por una atención integral que vigila mucho la recuperación de ese apartado traumático y nos centramos en la solución habitacional: les facilitamos una vivienda durante tres años prolongables. Cada mujer fija sus plazos y sus objetivos para recuperar su vida anterior.

- ¿Su vida laboral?

-Sí, también, porque con el tiempo acaban asistiendo a cursos formativos. Pero por vida anterior yo me refiero más bien a la relación con su familia y amigos. Tras 15 años en la calle, estas mujeres están profundamente aisladas.

- ¿Los recursos de ayudas públicas no son así?

-Pues no, la verdad. Son parches. Casi todas las ciudades tienen albergues, por ejemplo, pero eso en realidad lo único que te soluciona es que te saca a 200 o 300 personas de la calle de vez en cuando. Pero el problema sigue ahí, aunque no los veas, esta gente sigue sin tener una vivienda. Lo mismo pasa con los comedores sociales o con los centros de desintoxicación.

- ¿Los niveles de consumo de drogas son altos?

-Sí, bueno, al menos es frecuente. Pasa tanto con el consumo como con las enfermedades relacionadas con la salud mental. Insisto: hablamos de mujeres que llevan 15 años en la calle. En estos casos los recursos públicos, tan atomizados, no solucionan sus problemas.

- ¿Podemos hablar de cifras?

-Las que tenemos son oficiosas; se hacen por recuentos periódicos y registro de albergues. Los últimos datos hablan de 31.000 personas sin hogar. Nosotros subimos a 40.000 porque creemos que hay muchos usuarios viviendo en estructuras no habitables, en un piso en fase de desahucio o en una vivienda okupa. Lo que sí sabemos seguro es que está cambiando el perfil: cada vez el sinhogarismo afecta a más mujeres y cada vez más jóvenes. Vemos también a muchas migrantes que escaparon de la trata y casos de maltrato.

- Aunque no sea la más importante, ¿una ventaja de la atención integral sería el tema económico?

-¡Sí! Es importante y está bien decirlo. Para el sistema es mucho más económico lograr que estas mujeres se recuperen, claro. Dejarán de usar los otros recursos individuales y recuperarán su vida.

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