"¡Halaaaaaa!". Los niños del colegio Montevil soltaron ayer una larga exclamación cuando la arquera Dolores Cernuda les mostró el material con el que compite: un arco y flechas de diferentes tipos que dejaron con la boca abierta a más de un chiquillo. El centro Montevil celebró ayer el día de la mujer con unas jornadas de retraso y con el deporte como hilo conductor para conocer de cerca la vida, logros y curiosidades de siete asturianas de diferentes modalidades, ejemplos todas ellas de los grandes éxitos del deporte femenino en la región.

Noa Fernández, campeona de Asturias y plata en la Copa de España junior de judo, fue una de las más aclamadas, toda vez que ha sido alumna del centro y en la actualidad también es monitora con niños pequeños, "un trabajo que me gusta mucho porque voy viendo cómo aprenden y pierden la timidez", explicó a preguntas de los escolares, interesados en saber que entrena "varias horas todos los días" y que empezó en el mundo del judo porque "de pequeña era muy patosa, siempre estaba cayéndome y mis padres me apuntaron a judo a ver si por lo menos aprendía a caerme", explicó entre risas, antes de desvelar que "no nos hacemos daño porque precisamente a lo primero que nos enseñan es a caer".

Junto a ella también participó la judoka Yaiza Calero, quien mostró a los pequeños los dos colores oficiales de los trajes de competición, blanco y azul, así como la atleta Nora Suárez, con sus llamativas zapatillas con clavos para competir o las laureadas jugadoras de hockey del Telecable Gijón Julieta Fernández y Elena Lolo, que llevaron al colegio patines, espinilleras, rodilleras y guantes para explicar a los niños cuál es su equipación, con una portería "muy pequeñita, de un metro de altura, que nos obliga a estar agachadas para parar los tantos", apuntó Lolo, la portera de la formación gijonesa.

La surfista invidente Carmen López llevó a los escolares la medalla de cobre que obtuvo en el pasado campeonato de surf adaptado en California, donde fue la primera española en competir y donde quedó en cuarto lugar. "Si tuviera que elegir otro deporte, elegiría la equitación, porque ya competí en saltos cuando era pequeña. También me gusta la natación y el patinaje", contó a los alumnos, a quienes explicó que el traje de neopreno "da mucho calor" y que el único misterio del surf es "ponerse de pie en la ola".

Dolores Cernuda, arquera de Valdés, relató por su parte cómo se utilizan flechas de diferentes tamaños para competir en función de la distancia en una modalidad deportiva en la que "en la familia no hay nadie más que la practique, sólo mi marido que también es mi entrenador", apuntó la deportista.

Todo un testimonio de valía y un ejemplo de que en el deporte, como en todos los órdenes, no hay distinción de género.