Un estudias o trabajas de sus padres llevó a una adolescente Soledad Lafuente a Confecciones Gijón (IKE) conviertiéndola un cuarto de siglo después en una luchadora que intentó junto a sus compañeras evitar el cierre de la fábrica. No pudo ser pero Lafuente se mantuvo en la primera línea de la reivindicación, aunque en el ámbito del movimiento vecinal de la zona rural. En la asociación de Somió sigue y al frente de la federación de "Les Caseries" se mantuvo una década. Desde allí se enfrentó "a un Plan General que era muy agresivo con la zona rural, contra el luchamos con aquellas marchas verdes tan comentadas y multitudinarias". Su medalla de plata fue una petición de Foro a la puso voz el concejal Fernando Couto.