¿Has pensado una y mil veces en hacerte algún tratamiento corporal y no acabas de decidirte? ¿Qué te frena? ¿Qué estás dispuesto a hacer? ¿Qué no estás dispuesto a hacer?

Estas son sólo algunas de las preguntas que se me ocurren para arrancar el tema de los tratamientos corporales. Porque sí, es en estas fechas cuando empiezan a aparecer las consultas corporales con más frecuencia. Y no me negaréis que a cualquiera, por muy en forma o bien que esté, le gustaría mejorar su cuerpo. Lo más importante es saber de qué situación parte cada uno y qué objetivo tiene.

Sobrepeso

En primer lugar, tenemos que analizar si existe sobrepeso, ya que si se da el caso, siempre recomiendo complementar los tratamientos estéticos corporales con un seguimiento nutricional, no hay otra manera.

Otro tema crucial en los protocolos corporales es la actividad física. Querer mejorar el cuerpo sin moverse del sofá es un fracaso anunciado.

A veces en consulta bromeo con este tema, cuando digo que en primavera somos nosotras las que adelgazamos, porque no paramos de trabajar y de movernos ni un segundo, y no la señora que está tumbada en camilla pretendiendo que otro haga todo el trabajo. Sí, lo digo así, bien claro. Sé que mi visión de la estética y la belleza es un tanto peculiar. Soy consciente que muchas veces no digo lo que el otro quiere escuchar. Pero ofrezco y vendo belleza honesta. Y detrás de este concepto del cuidado corporal, y también facial, por supuesto, hay muchas cosas que se pueden hacer y resultados maravillosos que se pueden conseguir. Pero a veces no todo está en nuestras manos, y como adultos debemos ser responsables y tener claro que "el que algo quiere, algo le cuesta".

Celulitis

El siguiente paso es valorar la existencia de celulitis y, en caso de ser así, analizar qué tipo y grado. Esto también es muy importante para determinar qué tratamiento hay que seguir. Pese a lo complicado que es tratar la celulitis, desde mi punto de vista, siempre merece la pena. En este caso el objetivo no es acabar con ella, no es una lucha, porque ganar la batalla a una condición inherente a ser mujer es imposible. Pero es posible, y muy recomendable, trabajar sobre el sistema linfático y sobre el sistema circulatorio, para que la celulitis mejore, no avance, y las piernas estén lo más sanas posibles. Parece un matiz sin importancia, pero si se piensa un poco en ello, tiene todo el sentido del mundo.

Flacidez

Otra cosa muy importante que se valora es la flacidez. De la flacidez muscular se encarga sobre todo, como he dicho, la actividad física. Pero de la flacidez de los tejidos superficiales, del "pellejito", nos encargamos nosotros. Trabajar la flacidez de la piel siempre es interesante, porque tarde o temprano aparece. Es otra batalla difícil, pero en la que cada vez se consiguen mejores resultados. En este aspecto, el poder de las ondas de choque, por ejemplo, combinadas con otros tratamientos clásicos como las diferentes modalidades de radiofrecuencia, o la electroterapia, es muy notable. Cada vez se consiguen mejores resultados, y en menos sesiones, en zonas tan complicadas como brazos o cara interna de los muslos.

Como experta en prescripciones cosméticas, no podía acabar sin hablar de los cuidados cosméticos también en el cuerpo. Pobres cremas y tratamientos tópicos de cuerpo, qué mala fama tienen en cuanto a efectividad se refiere. El error es pretender que una crema quite la celulitis, la grasa o acabe con la flacidez, eso no es posible, ni con cremas ni con nada. Siempre insisto en que para cuidar la cara es indispensable, en primer lugar, tener una buena rutina cosmética en casa. Soy muy pesada con ese tema, porque es así, tal cual, si la piel no come, no tiene vida. Por mi experiencia puedo decir que la cosmética corporal es un apoyo muy necesario para acompañar cualquier tratamiento corporal, e imprescindible cuando se pasa a la fase de mantenimiento, es decir, cuando las sesiones comienzan a distanciarse.

En definitiva, sólo un buen profesional estará capacitado para escoger la opción que te garantizará resultados visibles y medibles, ya que son muchos los factores que se han de tener en cuenta para realizar una prescripción de tratamientos y cosméticos adecuada y, por supuesto, segura para ti.

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