Era "un fin de semana normal, no celebrábamos nada" pero aún así se le intervinieron 14 papelinas de ketamina y MDMA, según él para "consumo propio". Así lo aseguró ayer el joven que afronta cuatro años de prisión por un delito contra la salud pública por, supuestamente, trapichear con droga en la zona de Fomento. El joven insiste en que la droga que portaba y que tiró al suelo al ver a la Policía no era para ser vendida, sino para ser consumida por él y otros dos chicos. Una cantidad "bastante excesiva", llegó a reconocer.

El encausado aseguró que era una práctica habitual: "Hacíamos bote y comprábamos la droga entre todos, para conseguir un mejor precio". Así lo aseguró también una de las testigos, amiga del joven, que no obstante difiere en la cantidad de dinero que pagó cada uno: ella dice 40 euros y el acusado, 100. Además, la joven aseguró que "llevábamos consumiendo desde las 23.30 horas" hasta que, alrededor de las 4.30 horas fueron arrestados. "Si llevaban tanto tiempo consumiendo y aún les quedaban 14 papelinas, ¿cuánto tenían pensado consumir?", inquirió el fiscal.

Más clarificador para el ministerio fiscal fue el testimonio del segundo de los testigos, también amigo del acusado, que aseguró que él portaba su propia droga para su consumo, por lo que las 14 papelinas intervenidas pertenecían únicamente al acusado.

Con todo, la Fiscalía entiende que el encausado "no ha dicho la verdad con fines exculpatorios, pues su testimonio y el de los testigos es contradictorio" por lo que mantiene su petición de cuatro años de prisión.

No así la defensa, que solicita la libre absolución del joven, entendiendo que no tenía necesidad de traficar con drogas -cobraba 1.000 euros como camarero y vivía con su madre- y que los hechos perfectamente podrían casar con el autoconsumo ya que "no tenía dinero en sus bolsillos" y "los agentes no vieron ningún tipo de intercambio".