Gijón despidió ayer a Pilar Vigil, una de las fundadoras de Alarde, la primera escuela de arte para personas con discapacidad en Asturias. Vigil, de 80 años, falleció de forma repentina tras toda una vida de lucha por la integración de las personas discapacitadas.

No en vano, fue una de las impulsoras de la entidad en el año 1995, ocupando el cargo de secretaria hasta el año pasado. Fue entonces cuando decidió dejar el puesto, pero siguió dedicándose a Alarde de forma diaria, colaborando como voluntaria en las numerosas actividades que desarrolla la escuela. "Vino todos los días a la asociación hasta su fallecimiento, le debemos mucho y nos deja un vacío tremendo", señalaba ayer la presidenta, Clara González, quien quiso "honrar la memoria de alguien que hizo tanto bien por los demás".

No en vano, en Alarde se han impartido a lo largo de estos años clases de materias como cerámica, teatro infantil, teatro de adultos, danza, o aeróbic, pasando por bailes de salón, habilidades sociales y expresión corporal, hasta otras más llamativas como equinoterapia.

Los restos mortales de Pilar Vigil fueron incinerados ayer por la tarde en en tanatorio de Cabueñes en un acto "sencillo y discreto, como era ella".